Amazon se define como una empresa data-driven (un negocio orientado a cumplir indicadores), y eso incluye a los empleados, a los que someten a evaluaciones periódicas de rendimiento para ver si cumplen con los ratios de productividad que se les han marcado y a los que una vez bajan el rendimiento los meten en programas que denominan como planes de Performance Improvement (que, según los empleados que cita el artículo, son la antesala de un despido).
¿Puedes aplicar el mismo control a todos los empleados?
La forma de establecer controles es importante dentro de una empresa. A muchas personas les resulta estresante que les sometas a un control continuo sobre su trabajo, y otras se pueden estresar por una falta de supervisión de sus tareas. No se puede marcar una misma tabla para todos. El emprendedor debe saber qué personas necesitan trabajar de forma más autónoma y quiénes esperan que hable con ellas con cierta frecuencia y les diga que van por el buen camino.
Lo más importante es establecer en la empresa es establecer canales de comunicación que permitan dar feedback de la dirección a los empleados y en sentido contrario, así como hacerlo de una forma que combine el feedback positivo y el negativo.
El miedo no genera compromiso
Una duda de muchos empresarios en estos momentos es si resulta adecuado incrementar la presión sobre el equipo, en un momento en el que la mayoría de las empresas están haciendo ajustes de plantilla y de salarios. La solución, de nuevo, está en saberlo comunicar. Un empresario tiene que ser capaz de transmitir cierta sensación de urgencia, sin que afecte a la calidad del trabajo. Hay que hacer las cosas bien, pero las cosas van a ser urgentes. Para mantener la motivación, habrá que recompensar a la gente que obtiene buenos resultados y castigar a los que no se impliquen.
En definitiva, ejercer una presión suave, pero sin exigir resultados imposibles.
Hay que pensar que lo que buscamos es que la gente se comprometa y un exceso de presión lo que genera es sumisión y miedo, nunca compromiso.