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1) Interminable
Tiene buenas intenciones, pero peca de ‘pesado’. “Aun teniendo ideas que aportar, tiende a repetirse y a eternizarse”. Debes interrumpir con amabilidad sus monólogos. “Agradécele sus ideas, reconócele su valor y centra la atención en otra cosa: Perdona que te interrumpa. Me parece interesante tu idea y me gustaría saber si alguien desea comentarla...”.
2) Repetitivo
Aunque se haya pasado de tema, sigue en sus trece. “Dale las gracias por su idea y cede la palabra a otro”. Invítale a que siga el orden del día.
3) ‘Sabelotodo’
Da igual de lo que se hable porque cree que sabe de todo. Déjale hablar, porque puede que aporte algo bueno, pero abrevia sus intervenciones.
4) Irrelevante
Piensa que aporta grandes cosas, pero sus propuestas son irrelevantes. “Recondúcele al tema en cuestión. Si no surte efecto, el único remedio es obviarle con educación, por ejemplo, dándole la palabra a otro y aparentando no darnos cuenta de que quiere hablar”.
5) Jefe
Usa su autoridad cuando sus ideas no son aceptadas por la mayoría. Sé firme junto a la mayoría.
6) Negativo
No aporta nada positivo y siempre tiene una visión pesimista del asunto. Intenta que se enriquezca con las ideas del grupo e invítale a que aporte alguna.
7) Despistado
Impuntual y ausente durante gran parte de la reunión. Oblígale a leer el orden del día y la documentación aportada.
8) Conspirador
Crea grupitos y confabulan. Se debe interrumpir la reunión hasta que se den cuenta que molestan o “interpelar a uno de ellos para preguntarle si tiene alguna propuesta relacionada con lo que se está discutiendo”.
9) ‘Antitodo’
Polémico nato sin más opción que la de llevar la contraria siempre de forma irrespetuosa. Exígele que deponga su actitud y expúlsale, llegado el caso.
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