Cada vez hay más inversores que tratan de compaginar sus objetivos de rentabilidad con el deseo de que su dinero sirva para mejorar el medio ambiente y la sociedad. Es lo que se conoce como las finanzas sostenibles, donde los fondos ASG se convierten en su herramienta. Se trata de inversiones que operan en sectores relacionados con el medio ambiente, la sostenibilidad, con criterios sociales y de gobierno corporativo. Son tendencia y, según determinados cálculos, para las próximas décadas prácticamente el 75% de todos los fondos de inversión, del tipo que sean, incorporarán criterios ASG, lo que, en la práctica, se traducirá en miles de millones en inversión gestionados de esta manera.
En cuanto a los criterios que inversión que rigen en este tipo de fondos ya se ha dicho que son, fundamentalmente, tres:
Criterios ambientales: En este caso la inversión pone el foco empresas que vinculan su actividad con la protección del medioambiente. Áreas como las energías renovables, la lucha contra la contaminación química o el cambio climático entrarían dentro de su competencia teniendo en cuenta, además, que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) determinó el pasado mes de junio que solo podrían considerarse fondos ASG aquellos que destinasen el 50% de las inversiones a la sostenibilidad.
Criterios sociales: Aquí se incluyen criterios como la salud, la educación, los derechos humanos… Relacionan a las compañías con la sociedad y, sobre todo, con aquellas personas con las que tiene vínculo directo, como proveedores, empleados o comunidades locales en las que impacta su actividad.
Criterios de Gobierno Corporativo: Destacan en esta área la transparencia los órganos de gobierno, la políticas internas que se aplican dentro de las compañías o la rendición de cuentas.
Aquellas compañías que integren alguno de estos criterios serán más atractivas no solo para recaudar este tipo de fondos, con los que se pretende promover una política comprometida en las entidades, sino también para los propios empleados mas alineados a los valores de la compañía. Pero no es suficiente con decir que tu empresa se enmarca en el ASG. Para no caer en lo que se conoce ya como el greenwashing, tienes que medir y demostrar el impacto de las medidas que adoptas.
Inversión en productos financieros sostenibles
Actualmente existen tres tipos principales de productos financieros sostenibles:
Fondos de inversión que aplican criterios ASG : son instrumentos de inversión y ahorro (instituciones de inversión colectiva) que incluyen criterios ASG en su política de inversión.
Fondos de inversión solidarios: instituciones de inversión colectiva que ceden una parte de la comisión de gestión a determinadas entidades benéficas o no gubernamentales.
Bonos verdes y social. Emisiones de deuda pública o privada, emitidos a medio y largo plazo para financiar proyectos respetuosos con el medio ambiente o que persiguen mejoras de tipo social.
Cómo adquirirlos
Un producto financiero sostenible se adquiere, igual que cualquier otro producto, a través de un intermediario siendo los bancos las principales entidades a la hora de comercializar los fondos con criterio ASG. El inversor debe indicar que está interesado en un producto de estas características y, antes de comprar, es recomendable que solicite información complementaria que explique los criterios ASG aplicados a la inversión.
Por último, y según el Manual de la Inversión Socialmente Responsable de Spainsif, se trata de una herramienta para promover una política comprometida en aquellas entidades en las que se invierte, y que es aplicable a cualquier tipo de producto financiero, desde fondos de inversión, pasando por pensiones y seguros de vida, hasta fondos de capital riesgo. Además, la integración de factores ASG es una de las formas de llevar a cabo una inversión socialmente responsable que más ha crecido durante los últimos años, aumentando un 69% entre 2016 y 2018, según apunta el último informe Global Sustainable Investment Review.