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27 Mar, 2023

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Invertir en una burburja

Podría ser sólo una sensación nuestra, pero muchos proyectos empresariales nacen ya heridos de muerte al hacerlo clonando ideas –sin tener una ventaja competitiva clara– en mercados en los que ya existen otros muchos competidores que cuentan con una mayor solidez financiera.

Nace la enésima plataforma online de cupones o la duodécima aplicación móvil que reúne información sobre ocio o la decimocuarta plataforma de formación para particulares o el cuadragésimo comparador… y así hasta el infinito. ¿Estamos asistiendo al final de los tiempos o es que se han acabado las ideas a la hora de emprender? No hay día que no nos llegue a la redacción de Emprendedores un nuevo proyecto en esa línea y lo curioso es que todos presumen de ser los primeros.

¿Y el mercado? ¡Se me olvidó!
La falta de creatividad por parte de algunos emprendedores podría tener dos explicaciones. Una –la más sencilla– es que mientan, y la otra –más grave– es que no hayan hecho bien su trabajo y no hayan estudiado a conciencia el mercado y a la competencia; algo obvio, por otra parte, pero que muchos emprendedores descuidan.

[pullquote align=’center’]Puedes tener posibilidades de negocio en un mercado que, aunque atomizado, aún no tiene un líder claro[/pullquote]

Tras el estallido de la burbuja de Internet, allá por 2002, las empresas que sobrevivieron y las que nacieron bajo los efectos de aquel episodio se dieron cuenta que los negocios online eran, ante todo, eso, negocios y, como tal, debían gestionarse sobre necesidades económicas y sobre planificaciones y previsiones de tesorería. Ahora, los emprendedores saben –o deberían saber– todo eso, pero han olvidado –o no tienen en cuenta– las dificultades que supone diferenciarse del resto.

Outlet online. Tal vez, las primeras ovejas Dolly surgieron en torno a los outlet online (con Vente-Privee, Privalia, BuyVip, Dreivip, Ofertix, Private Outlet, Vipventa, Doferta y un largo etcétera).

Cupones. Y las plataformas de cupones –tras el éxito de Groupon, en EEUU– como Groupalia, Letsbonus, Offerum, Oferton, Planeo, Bonusralia, Bonoprix, Tarifas Blancas, Cuponesmagicos o Benditocupon, por citar algunas.

Cofres de experiencias. Sin olvidar la moda de las experiencias como Lavidaesbella, PlanB, SmartBox, WonderBox, Lasmejoresexperiencias, Dakotabox, Cofrevip, KiddysBox o BabynJoy.

Formación. Lo dicho antes también vale para las plataformas de formación como Floqq, Tutellus, Kankiu, Weslu, Sangakoo, Blinklearning, Formacionamedida, Skidsy, Playing for Learning, Witcamp, Mecenium, redAlumnos, Aprendum, Universiu, etc.

Compras en grupo. Incluye las compras en grupo como Grupeo, Comprandojuntos, Comprasengrupo, Comprarunidos, Compramospiso, Comprasvip, Valesmucho, Join2buy, Dscuento, Duyudu, SegurBonus o Grupydu.

Comparadores. Y los comparadores y recomendadores de profesionales como Buenos Talleres, Tallerator, Buenos Profesionales, Quémédico, Doctordoctor, The Doctors, inmedics, Medicosespecialistasen, Doncomparador, Clicklaw, Simpleÿ, Legalin, ContratarAbogados, Unabogado, PackLink, Apartum, etc.

Intercambio y alquiler de apartamentos. Sin olvidar las plataformas de alquiler de apartamentos –al rebufo de la exitosa Airbnb– como Knox, Poplidays, MyTwinPlace o Bidaway.

Otros. Y también podemos citar a aquellas que venden menús a domicilio, las de comidas para animales, gestión de tareas, crowdfunding, presupuestos o el boom de las casas rurales, las fruterías y los negocios en torno a los yogures helados que proliferan en el mundo offline como si fueran setas, por sólo citar algunos otros.

¿Y esto responde a una próxima burbuja o es una selección natural propia de los mercados?

No hay que olvidar que hay emprendedores que sí han estudiado el mercado y a la competencia y aun así deciden emprender en actividades en las que ya operan competidores más fuertes. Esa actitud puede ser lógica cuando se hace en mercados atomizados en los que aún no hay un líder claro y la intención de ese emprendedor sea la de intentar captar parte del mercado y a algún inversor despistado, pero sería un suicidio cuando el emprendedor sabe que entra en un mercado en el que hay dos o tres grandes, cuatro o cinco medianos y tropomil pequeños compitiendo por la misma tarta. Y de esos hay muchos ejemplos.

“Es importante tener en cuenta que, normalmente, en cada país, y para cada sector suele haber dos negocios grandes, tres o cuatro medianos y muchos pequeños. La realidad dice que los grandes, como tienen más poder económico, siguen siendo grandes. De los medianos, alguno se acaba cayendo, y de los pequeños, casi todos”, advierte Paco Gimena, cofundador de la incubadora y aceleradora Mola (www.mola.com).

¿Y si suena la flauta?
Algunos expertos explican el fenómeno de la clonación de negocios con el síndrome de ‘por si suena la flauta’. Existe una tendencia generalizada de que cuando un negocio cosecha un gran éxito en algún mercado de referencia, principalmente Estados Unidos (léase Facebook, Google, Groupon, Twitter, TaskRabbit, Airbnb…), lo más fácil es replicarlo en España con la idea de que ‘cuando lleguen a nuestro país nos compren’. Y eso ha ocurrido en muy contadas ocasiones. Es la excepción a la regla y, en la mayoría de los casos, no eran simples réplicas del modelo original sino que aportaban ventajas competitivas para el mercado español y, por eso, los creadores originarios se fijan en ellos.

José Antonio de Miguel, de la Asociación para el Fomento de la Innovación y la Cultura Emprendedora (www.yoemprendo.es), reconoce que cuando se clona un negocio que ha triunfado en otro mercado se suele tener –en la mayoría de los casos– mucho cuidado con las diferencias culturales , pero “hay una cosa que suele pasarse por alto que es el volumen de mercado, porque el número de clientes potenciales de EEUU no es el mismo que el de España y, a lo mejor, esos modelos funcionan mejor cuando el mercado es más grande. Aunque en otras ocasiones hay negocios que funcionan muy bien en un gran mercado, como EEUU, y cuando aquellos se instalan aquí no les funciona y sí a los españoles que han abierto de forma más modesta, empiezan a crecer y los grandes les acaban comprando. Pero no suele ser lo más habitual”.

[pullquote align=’center’]Para ser diferente, enfócate en saber cuáles son los problemas (las necesidades) que tienen los clientes[/pullquote]

En cualquier caso, lo normal es que muchos de los clones que se ponen en marcha en España carecen de un estudio previo de la situación real del mercado. Y esa deficiencia analítica les impide crecer. Gimena sostiene que “hay emprendedores que piensan que han descubierto la fórmula mágica y no han hecho una investigación del mercado donde ya hay otros que han hecho lo mismo. Otros creen que lo suyo es diferente al resto, pero no son capaces de hacérselo ver a los clientes”.

“Es cierto –afirma Enrique Penichet, de la aceleradora Business Booster (www.bbooster.org)– que hay algunos que no han investigado demasiado el mercado y a la competencia y no tienen nada diferente que les haga ser competitivos. Pero también hay otros que operan en mercados en los que ya hay competidores, porque precisamente ese mercado es interesante y merece la pena entrar. A veces, aunque estés en un océano rojo, muy grande y concurrido, todavía no hay un líder claro –como Google en las búsquedas– y un inversor puede entrar en un proyecto debido a que ese mercado es grande, el equipo es sólido y, además, vislumbra algún elemento distinto, una ventaja competitiva respecto a lo que ya hay”.

Al Caballo ganador
Penichet recuerda lo que dice el inversor Luis M. Cabiedes, de Cabiedes & Partners, para justificar por qué se invierte en proyectos que operan en mercados atomizados: “Él observa el panorama, mira los caballos que compiten, y cuando ve que uno de ellos saca un cuerpo de ventaja al resto, entonces invierte”. Y ¿cuál es el caballo ganador? Aquel que tiene el mejor equipo gestor y una ventaja competitiva respecto al resto que le permitirá escalar más rápido”.