“Liderar requiere humildad y flexibilidad, determinación y confianza. Los puestos de responsabilidad se ganan con experiencia y conocimientos, pero liderar es otra cosa. Y, para eso, hay que prepararse”, explica la directora de la consultora por la igualdad y la diversidad Gender Capital, Mercedes Wullich.
Wullich se encarga de impartir cada mes unos talleres de liderazgo femenino en los que percibe cómo siguen siendo muchas las mujeres que tienen a hombres como referente del liderazgo. “El hecho de que un alto porcentaje de personas, incluidas nosotras, piense en hombres cuando escucha la palabra ‘líder’ es solo una de las señales de que, en el imaginario colectivo, las mujeres están más lejos de verse como tal”, señala Wullich.
Para cambiar esta situación, Mercedes Wullich apunta cuáles son los aspectos que deben trabajar las mujeres para conquistar el liderazgo. En su opinión, son los que siguen:
Fomentar el Lobby femenino. “Uno de los mayores errores que se pueden cometer es subestimar las conexiones. Un buen network es imprescindible y puede marcar la diferencia en los objetivos y resultados. Ejercitar el lobby femenino les ayudará a consolidar aquello que son y tenderán puentes para cruzar a donde quieran llegar”, dice.
Confianza. La confianza es vital y hay que fortalecerla a base de tomar decisiones y creer en ellas. “La confianza es el carbón que alimenta los sueños y objetivos, especialmente en momentos complejos o cuando las cosas se tuercen”, explica.
Determinación. Relacionada con la confianza, dice Wullich que “la determinación es, quizás, lo que las mujeres debemos trabajar más. Cumplimos variedad de roles, tenemos infinidad de preocupaciones y convivimos con estereotipos en una sociedad que ha sido educada según ciertos patrones. Eso nos empuja a quitarnos del camino, por ello debemos resistir y seguir adelante”.
Planificación. Lo conveniente es planificar todo lo que te traes entre manos. Tener el foco claro es fundamental porque potencia la fuerza y acorta los tiempos, especialmente cuando el plazo de entrega es breve.
Constancia. Hay que ser perseverante en el esfuerzo y no tirar nunca la toalla. “Es una virtud poco valorada, pero es la que muchas veces marca la diferencia”.
Pragmatismo. Tener metas motiva para seguir adelante. Sin embargo, el pragmatismo es también una cualidad indispensable. “Creo que los líderes sueñan, pero también son pragmáticos. No dan excesiva importancia a los problemas, porque encuentran en ellos oportunidades”, revela Wullich.
Flexibilidad. Al escuchar la palabra “jefe” o “jefa”, tendemos a relacionarlo más con una persona a la que temer antes que a la que respetar. Para cambiar esta visión, recuerda que “liderar es también equivocarse sin ruborizarse, saltarse las normas, compartir nuestra visión, ser flexible y pedir ayuda y opinión, tantas veces como sea necesario”.