No existe una fórmula mágica para diseñar la identidad corporativa de una empresa. Tanto en el mundo online como en el física, las señas que identifican a una marca surgen de sus valores y de su relación con el público al que se dirige”, señala Rafael Mérida, director de arte de la consultora de diseño web IdeUp!
No obstante, Internet impone sus códigos de comunicación a todas las organizaciones que actúan en la red. Cuestiones técnicas como el espacio disponible o la definición de la pantalla y aspectos más subjetivos como las pautas de comportamiento de los usuarios al navegar por la web determinan el tamaño del logotipo, su ubicación y su relación con el resto de recursos gráficos. “En realidad, no hay colores ni signos que sean especialmente adecuados para Internet. Pero sí hay modas y se intenta imitar lo que ha tenido éxito”, explica Carlos Ocaña, director de Arte de la agencia de marketing online Distrito01.
Los gustos de los internautas dependen de su edad, forma de vida y, también, de las páginas web que visitan con mayor frecuencia. Las tipografías, logos e imágenes que muestran las redes sociales y los blogs más conocidos se han convertido en elementos familiares para los usuarios, que los contemplan todos los días.
Como en el mundo de la moda, no hay reglas fijas. Existen modas pasajeras, corrientes alternativas y diseños específicos que ofrecen soluciones interesantes para grupos muy concretos. No obstante, las tendencias más generalizadas en el diseño de la identidad corporativa apuestan por:
Sencillez. “A veces, logos muy sencillos que parece que no van a llamar la atención, consiguen un gran éxito. Es el caso de Twitter, que ha logrado que su imagen sea recordada y asimilada por el público con gran rapidez. Y ha creado tendencia”, destaca Rafael Mérida.
Usabilidad. “Ahora, en la gestión de la identidad corporativa, se está apostando por la utilidad, que se prefiere sobre la estética”, afirma Xènia Viladàs, fundadora de la consultora de gestión del diseño XVDMC. Esta pauta se aplica tanto al diseño de la web como al de los logotipos, colores corporativos y demás elementos visuales identificativos. “Antes se utilizaban muchos efectos especiales, páginas recargadas, contrastes de fondos oscuros y letras blancas. Ahora se va hacia logotipos sencillos sobre fondos blancos, que resulten muy legibles”.
Amigable. “La mayor parte del público en Internet está compuesto por adolescentes y jóvenes. Por eso, triunfa el estilo friendly, amigable, que se basa en colores ácidos, el mundo del cómic y las ilustraciones 3D”, indica Ocaña.
RENOVARSE SIN CAMBIAR
Muchas empresas tradicionales pueden encontrarse con la dificultad de adaptar sus símbolos a un mundo para el que no fueron pensados. Hay aspectos de los logotipos tradicionales que pueden obligar a hacer retoques:
Tamaño. “Puede que un logo vaya bien para mostrarse grabado en un andamio, pero quizá no resulte legible cuando quede reducido a muy pocos centímetros en una pantalla de ordenador. En ese caso, puede ser necesario desarrollar un diseño diferente” , explica Ocaña. Y el problema se agrava cuando las páginas web se visualizan desde un smartphone.
Composición. “A veces la marca se compone de cuatro o cinco palabras bajo un imagotipo, con lo que ocupa mucho espacio en sentido horizontal. En ese caso, se puede cambiar la composición reordenando sus componentes para adaptarlos mejor al espacio disponible en la web”, concluye el director de Arte de Distrito01.