Las condiciones para la reapertura de los distintos comercios las ha ido pactando el Gobierno durante las semanas pasadas contando con el asesoramiento de los distintos actores. Sí han echado de menos, en algún caso, una aprobación más temprana dado que la espera de un protocolo específico obligó a muchos a afrontar la fase cero a ciegas mientras que otros han preferido la apertura hasta conocer las exigencias.
La casuística es tan amplia que han sido necesarias distintas mesas de negociación y varios borradores. Solo en el sector comercio, hablamos de más de 30 categorías con sus respectivas peculiaridades. Capítulo aparte merece la hostelería con la restauración y el sector turístico, que ha llevado las negociaciones por otra vía.
Aquí se habla solo de la reapertura de establecimientos comerciales, con un protocolo y guía de actuación que les ayudará a afrontar la fase 1 con mayores garantías de seguridad y teniendo en cuenta que, como dice Carlos Moreno-Figueroa, Tesorero de la Confederación Española de Comercio, (CEC), “los empresarios que abrieron en la fase cero hubiesen agradecido tener las recomendaciones con tiempo de antelación”. Aún así, reconoce Moreno-Figueroa que la elaboración del documento correspondiente al ‘Protocolo y guía de buenas prácticas dirigidas a la actividad comercial en establecimiento físico y no sedentario’ en el que ellos han participado con la Secretaría de Estado de Comercio, el Ministerio de Sanidad o los agentes sindicales, entre otros, “es el resultado de un trabajo exhaustivo que, aunque se haya lanzado un poco tarde, facilitará el aterrizaje acertado de los comercios a partir de ahora”.
Las fases en el comercio
Es importante tener en cuenta que el protocolo de actuación cambia según las fases a las que van pasando los distintos territorios conforme a la evolución de la pandemia. En líneas generales y en lo que respecta a la actividad comercial en general, los principales requisitos que señala Moreno-Figueroa en cada fase son:
Fase cero:
–Un cliente, un vendedor. Este último es el que se encarga de manipular y hacer entrega directa del producto
-Cita previa: La han aplicado determinados comercios que tenían la certeza de que, quien la solicitaba, se iba a convertir en cliente. Es el caso de las peluquerías, fisioterapeutas u otros servicios similares personalizados. El resto, de los que abrieron se comportaron como, hasta ese momento, lo habían venido haciendo los establecimientos de los servicios esenciales, como la alimentación o los estancos, es decir, organizando colas en la calle para controlar el flujo de entrada.
-Horario preferente para personas mayores de 65 años que se mantiene también en las sucesivas fases de la desescalada.
Fase 1:
-Desaparece la obligación de la cita previa
-Se permite la apertura al público de todos los establecimientos y locales comerciales minoristas y de actividades de servicios profesionales con una superficie de venta inferior a 400 metros cuadrados (se excluyen aquellos que se encuentren dentro de parques o centros comerciales sin acceso directo desde la calle). El aforo autorizado para los comercios en esta fase es del 30%.
Fase 2.
-Se abren al público las grandes superficies y centros comerciales, pero sin poder ocupar las zonas comunes.
-Se aumenta el aforo al 40%
Fase 3
–Se abren las zonas comunes
-Se aumenta el aforo al 50% guardando la distancia mínima
Superada la última fase, se supone que se acaba con las restricciones al aforo. “Que tuvieran que añadir nuevas limitaciones igual habría que entenderlo como una buena señal para el comercio y la reactivación del consumo, que ha caído de forma dramática”. Moreno-Figueroa calcula en torno a un 70% el descenso del consumo durante las últimas semanas.
Recomendaciones sanitarias comunes
Aunque la guía de buenas prácticas dirigidas a la actividad comercial se detiene en algunas especificidades de determinados subsectores, recoge una serie de recomendaciones generales de acondicionamiento del local y el personal laboral en materia sanitaria que han de aplicar todos. Las recomendaciones básicas son:
-Distanciamiento entre personas de, aproximadamente, dos metros u otras medidas de barrera y el uso de mascarillas si no se puede mantener la distancia recomendada. Los establecimientos deberán señalar de forma clara la distancia de seguridad de 2 metros entre clientes, con marcas en el suelo, o mediante el uso de balizas, cartelería y señalización para aquellos casos en los que sea posible la atención personalizada de más de un cliente al mismo tiempo, que no podrá realizarse de manera simultánea por el mismo empleado. La distancia entre vendedor y cliente será de al menos 1 metro cuando se cuente con elementos de protección como mamparas o pantallas faciales de protección, o de 2 metros sin estos elementos, durante todo el proceso de compra, así como en las zonas de atención y de pago.
-EPIs. Se pide la proporción de equipos de protección individual básicos para los trabajadores. Al menos una mascarilla y guantes sanitarios.
-Higiene personal. La principal recomendación del protocolo es lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. Si no se puede garantizar ésta, la otra opción es el uso de alguna solución hidroalcohólica que, según advierten, pierde efectividad si las manos están sucias.
Se recomienda, también, evitar compartir objetos con clientes u otros empleados. En caso de no poder evitar el intercambio de objetos, como pueden ser el dinero o las tarjetas de pago, se realizará una desinfección de manos después de dicho intercambio.
En caso de que los empleados vistan uniforme o ropa de trabajo, se recomienda la higienización o limpieza diaria lavándose a una temperatura de, al menos, 60°C durante, al menos, 30 minutos, o con cualquier otro método que garantice la correcta higienización. En caso de que esto no fuera posible, se recomienda cubrir los uniformes con batas, guardapolvos o similares. Otra opción es suprimir durante un tiempo la obligación de vestir el uniforme de trabajo.
-Higiene del local: Cada establecimiento puede establecer su propio protocolo de limpieza, pero a aquellos locales comerciales que abran al público deberán efectuar al menos dos veces al día “una limpieza y desinfección de las instalaciones con especial atención a las superficies de contacto más frecuentes como mostradores, suelos o carros y cestas. La primera limpieza del local se hará por la mañana, antes de abrir el comercio. La segunda se recomienda al mediodía.
En la medida de lo posible, se distribuirán por el establecimiento dispensadores de hidrogel.
Aspectos organizacionales
El plan organizativo es otro de los capítulos en el que inciden la mayor parte de las guías y protocolos diseñadas para la desescalada. En cuanto a los puntos principales destacan:
– Incorporación escalonada. En la medida que sea posible se recomienda la incorporación escalonada de los trabajadores estableciendo distintos horarios de entrada y salida. En este sentido se recomienda también, siempre que se pueda, eliminar las jornadas partidas, especialmente para aquellos trabajadores que se desplazan en transporte público.
-Teletrabajo: Se aconseja mantenerlo para aquellos puestos en los que sea posible.
-Fichaje: El fichaje con huella dactilar será sustituido por otro sistema de control de horario.
-El uso de los ascensores y montacargas. Durante la fase 1 se restringe el uso del ascensor a una sola persona salvo que se pueda garantizar los dos metros de distanciamiento.
-Escaleras mecánicas. Esta medida afecta más a las grandes superficies o centros comerciales que no se unirán hasta la apertura en la fase 2. De cara a los usuarios, se recomienda no posar la mano en la barandilla mientras que el establecimiento deberá señalizar cada 4 o 5 escalones la distancia de seguridad.
-El contacto con los transportistas. Si es posible, establecer una zona exclusiva de entrega de pedidos que será desinfectada entre pedido y pedido.
-La firma de albaranes: Se recomienda el envío electrónico de los albaranes firmados.
-Distinguir puertas de entrada y salida. Al objeto de evitar el cruce entre personas el máximo posible, se recomienda controlar el flujo de entradas y salidas, en ambos casos con medios de limpieza adecuados para la higiene de manos.
-Los pagos: En lugar del dinero en metálico, es preferible el pago com tarjeta, pero de las que no hay que teclear el número en la TPV. Una de las prácticas que, según Moreno-Figueroa, están siguiendo algunos comercios para no estropear el dispositivo y garantizar la higiene es cubrirlo con papel film y sustituirlo cada vez que se realiza un pago.
-Las devoluciones: Obviamente, se mantiene el derecho a devolución para los consumidores. Aunque hay actividades con un protocolo específico, la norma general es que, cada vez que se efectúe la devolución de un artículo este deberá someterse a un proceso de higenización y cuarentena antes de ponerse de nuevo a la venta. En el caso de los electrodomésticos, por ejemplo, donde Moreno-Figueroa ejerce como secretario general de la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE), recuerda que cualquier aparato que se haya vendido y devuelto posteriormente, deberá destinarse a una zona del almacén bien acotada y ventilada donde, después de limpiarlo, el aparato deberá permanecer en ‘cuarentena’, un mínimo de 15 días.
Peor lo tienen en el sector textil, más dado a las devoluciones. Sobre todo en la venta online, donde muchos clientes tienen por costumbre pedir varias prendas similares para quedarse al final con una o ninguna. Para evitar el deterioro de las prendas y no colapsar el sistema de limpieza se apela al sentido de la responsabilidad de los consumidores, “que traten de acertar el tiro a la primera’, dice Moreno-Figueroa.
-La cita previa. Ya se ha dicho que esta es solo obligatoria para aquellos comercios que se emplazan en zonas en fase cero, dado que en la 1 desaparece. La forma habitual de organizarla ha sido, hasta ahora, informando en el escaparate del establecimiento del número de teléfono de contacto para solicitarla. Otros lo han podido hacer a través de su página web o, en casos de mucha confianza con el cliente, por whatsapp.
-Puntos de caja y atención al público. En estos se aconseja aumentar las medidas de protección mediante el establecimiento de mamparas de plástico, metacrilato o similar. Si no es posible su instalación, el consejo es que el personal de caja y atención al público se cubra, además de con la mascarilla, con una pantalla facial protectora de toda la cara.
-Máquinas expendedoras. El protocolo establece la necesidad de recordar la distancia de seguridad, informar de la conveniencia de usar guantes o alguna protección para accionar la máquina , extremar la limpieza y desinfección de las máquinas y eliminar o inhabilitar las máquinas expendedoras que no formen parte de la actividad principal del comercio como máquinas de café o de bebidas.
Establecimientos ubicados dentro de centros comerciales
Además de las medidas generales en cuanto a higiene y seguridad, se establecen otras adicionales que afectan solo a aquellos establecimientos que se emplacen en el interior de un centro comercial. Estas se orientan especialmente a las zonas comunes y de aparcamientos del centro incrementando en todos ellos las medidas de precaución y limpieza según la fase de desescalada del momento.
Así, por ejemplo, se pide la desactivación de directorios digitales y soportes en pantallas táctiles interactivas; el cierre de zonas infantiles y ludotecas; turnos de acceso a los aseos o salas de lactancia o el uso del sistemas de videovigilancia para comprobar el cumplimiento de las medidas.
Especificidades sectoriales
Además de las pautas generales, el protocolo del comercio entra en detalle en determinados subsectores a los que considera con unas características peculiares. Se incluyen aquí la alimentación, el textil, calzado, joyerías, tecnología, muebles, tiendas de cerámica, tiendas de sombreros y tocados y gasolineras. Ya dentro de cada uno, estas son las principales medidas:
Alimentación. A ellos se deben buena parte de las medidas incluidas en el protocolo dado que, como sector esencial, desempeñaron el papel de avanzadilla. Entre las recomendaciones se encuentra la protección sin envasar con vitrinas que garanticen su higiene. “En el caso de productos de la pesca, carne, charcutería, pollería o de frutas y verduras y hortalizas en despacho asistido podrá establecerse una distancia de seguridad entre el cliente y los productos adaptada al tamaño del establecimiento. En el caso de frutas y verduras en autoservicio deberán recogerse recomendaciones respecto al lavado y tratamiento del producto y el uso obligatorio de guantes desechables. En el autoservicio de otros productos a granel deberán habilitarse las medidas de seguridad adaptadas al tipo de productos”. El uso de guantes es recomendable tanto para el vendedor como para el cliente que manipule el producto.
Textil. Un punto importante en este sector es el uso de los probadores el cual deberá ser limitado al máximo y ser desinfectada la zona después de cada uso. Otra medida establece un control de entrada en la zona de probadores y la asistencia de personal interno de tienda. En caso de que el acceso al probador sea mediante cortina, esta se tocara solo con guantes o bien con el codo.
Por otro lado, las prendas probadas y no adquiridas se someterán a tratamientos de higenización y cuarentena teniendo en cuenta que no a todos los tipos de tejidos pueden aplicarse los tratamientos. En la medida de lo posible, se facilitarán guantes a los clientes a la hora de tocar las prendas.
Calzado. La recomendación principal es, de nuevo, la limpieza del producto probado y no adquirido y las pruebas de producto se lleven a cabo con calcetines desechables o bolsa plástica proporcionados por el comercio.
Joyerías, relojerías y similares. Como peculiaridad del sector y teniendo en cuenta la propensión a actos delictivos, en este caso se permite “pedir al cliente que se descubra de la mascarilla al pedir entrar en el establecimiento para su identificación más clara y, una vez permitido su acceso, pueda volver a usarla”. Ya dentro del establecimiento, será el comerciante quien manipule y enseñe la mercadería y el cliente no deberá tocar ninguna superficie u objeto salvo con guantes. Si ya decide probarse el artículo, el vendedor deberá usar mascarilla y guantes y el cliente mascarilla además de desinfectarse con gel hidroalcohólico las manos o la parte del cuerpo donde vaya a realizarse la prueba. “Otra alternativa seria usar una cubierta de plástico desechable (por ejemplo, film) que cubra la parte necesaria del cuerpo (mano, brazo, escote…etc.) dependiendo de dónde se pruebe la sortija, reloj, collar, etc”. Como desinfectante general se recomienda el uso del agua y jabón. Igualmente, se recomienda la desinfección de las piezas con radiación ultravioleta.
Tecnología, telefonía y cultura (libros, cd’s, películas y similares) . También aquí se proporcionará a los clientes guantes desechables en la entrada del establecimiento o área siendo obligatorio su uso para la manipulación de los productos.
En el caso concreto de las devoluciones de los libros se especifica que “teniendo en cuenta que los materiales que componen los libros y publicaciones en papel están compuestos por materiales variados (papel, cartón, plástico, tela, cuero, pegamento, hilo, etc.), se recomienda que en los casos de devoluciones, éstas se depositen en un lugar apartado y separadas entre sí durante 14 días, de manera que pueda garantizarse que no están infectados cuando vuelvan al canal librero”.
Muebles. Los repartidores a domicilio y los montadores de las tiendas deberían llevar cantidad suficiente de elementos de protección individual (mínimo dos pares de guantes y 2 de mascarillas por persona) por si resultan dañados en alguna manipulación y también geles desinfectantes para antes y después de cada entrega. Se establece también que, en la medida de lo posible, sean los clientes quienes recojan los productos de forma individual o bien con la adecuada protección si se requiere ayuda para su carga en el vehículo. Asimismo, los sofás, sillas, colchones o cualquier mueble o accesorio que para su venta requiera de contacto físico, “será cubierto con protectores o cubre canapés que se desecharán o desinfectarán una vez terminada la prueba”.
Tiendas de cerámica, baños, cocinas y reformas en general. Es uno de los que reúne más medidas específicas. Aquí, la presentación de muestras, a la hora de testar la textura de los materiales, se indicará al cliente la zona donde realizar la prueba y a continuación se someterá la pieza al oportuno proceso de desinfección. A la hora de trabajar con catálogo físico, o bien lo presenta el vendedor u ofrece guantes protectores y desechables al cliente para su utilización. Se fomentará la relación con el profesional contratado por el cliente para poder apoyar la coordinación de la obra evitando al máximo la movilidad del cliente.
El suministro de los productos se realizará directamente al destino de la obra bajo el procedimiento de suministro que asegure la higiene y desinfección de los espacios transitados.
Para mayor seguridad, en los mostradores de albaranes es recomendable que se utilicen mamparas y en lo posible protección por parte de los trabajadores.
–Tiendas de sombreros o tocados. Se usarán gorros desechables de celulosa que se tirarán una vez terminada la prueba.
-Gasolineras. Asegurar el uso de guantes desechables y el mantenimiento de la distancia interpersonal de 2 metros utilizando surtidores alternos para repostaje de carburante siempre. Mantener, asimismo, la zona de repostaje limpia y desinfectada.
Mercados de venta no sedentaria
Se incluyen aquí la venta ambulante o mercadillos. En este caso, el protocolo delega en los distintos Ayuntamientos el establecimiento de las medidas que estimen necesarias para garantizar el cumplimiento de las normas y recomendaciones en materia de seguridad e higiene. No obstante, también en este capítulo se recogen un conjunto de recomendaciones generales entre las que se encuentran:
Aforo y disposición de los puestos. Los mercados de venta no sedentaria, podrán adaptarse o mantener su actividad en los lugares donde habitualmente se celebren, siempre y cuando el espacio donde se desarrollan permita garantizar que la afluencia de personas no supera el aforo permitido según la fase de desescalamiento y que permita cumplir con los requisitos de distancia mínima de seguridad entre personas. El ayuntamiento podrá valorar, en su caso, la ampliación de la superficie destinada al mercado de venta no sedentaria.
En espacios no cubiertos habilitados para la celebración de mercados no sedentarios, deberán estar totalmente delimitados con cinta de obra, vallas, o con cualquier otro medio que permita marcar de forma clara los límites del espacio, como consecuencia de la coordinación entre comerciantes y autoridades locales de forma que se pueda controlar la entrada y salida de gente evitando las aglomeraciones.
Los mercados de venta no sedentaria que no puedan mantener la actividad en un entorno cerrado o delimitado, valorarán el traslado de su ubicación a instalaciones deportivas o de otro tipo, donde puedan adoptar medidas de control para dosificar el aforo.
De esta artículo quedan excluidos los establecimientos correspondientes al sector de la hostelería y turismo cuyos protocolos se han consensuado por otra vía y que se recogen en otro artículo.