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04 Jun, 2023

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El desajuste entre el mercado laboral y la formación universitaria. La mayoría están sobreeducados

Dentro del mercado laboral, solo las formaciones relacionadas con el sector sanitario y algunas ingenierías reciben una oferta de trabajo acorde a la formación universitaria recibida. El resto podrían estar sobreeducados o desempeñar un trabajo que no se ajusta a su formación.

Mercado laboral

Dentro del mercado laboral actual, las formaciones relacionadas con el sector Salud, como Medicina, Enfermería o Veterinaria, y algunas Ingenierías, como Electrónica, Telecomunicaciones o Informática son las más agradecidas a la hora de encontrar un puesto de trabajo acorde a los estudios percibidos. No sucede lo mismo con otras áreas educativas, como las relacionadas con las Artes y las Humanidades o formaciones Económicas, como ADE o Empresariales. En estos casos, lo más probable es que los universitarios acaben desempeñando un trabajo que poco o nada tenga que ver con los estudios o que acepten puestos para los que están sobrecualificados.

Un estudio publicado recientemente por el profesor Manuel Salas-Velasco, del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada (UGR) y que puede consultarse al completo en este enlace, analiza este problema incluyendo un mapeo de la adaptación de los títulos universitarios de los graduados de educación superior en España en su trabajo actual.

Salvando las distancias entre un artículo científico y un resumen periodístico y aún a riesgo de simplificar demasiado el contenido original, la conclusión principal del estudio es que existen muchas más que menos titulaciones universitarias capaces de atender a la realidad que el mercado laboral demanda.

Tipos de desajustes

El profesor distingue entre tres tipos de desajustes entre el mundo universitario y el laboral:

1.- El desajuste horizontal

Se produce cuando los graduados universitarios, capacitados en un campo en particular, trabajan en otro campo en su nivel de calificación formal. 

Aparece una mayor probabilidad de desajuste horizontal entre los graduados de Química, Matemáticas, Física, Farmacia y Lenguas y Literatura. 

2.-Desajuste vertical

Es el que atañe a la sobreeducación o sobrecualificación para el desempeño de un puesto de trabajo concreto. Aparece cuando los graduados desempeñan trabajos para los que no se necesita estar graduado.

Carreras como Ciencias Empresariales y Estudios de Administración y Economía, aumentan la probabilidad de estar desequilibrado verticalmente. En este caso, el desajuste vertical preserva parte del capital humano específico obtenido a través de las calificaciones educativas formales. 

Sin embargo, algunos trabajadores con títulos en Relaciones Laborales y Trabajo Social se encuentran en puestos no graduados y áreas de estudio ajenas a sus estudios. 

3.-Desajuste educativo vertical y horizontal

Se produce cuando el nivel de educación más alto que posee un trabajador no coincide con el nivel de educación requerido para su trabajo, y también el tipo/campo de educación es inadecuado para el trabajo. 

Titulaciones universitarias como Biología, Bellas Artes, Periodismo o Trabajo Social aumentan la probabilidad de desajuste vertical y horizontal.

El desajuste entre el mercado laboral y la formación universitaria. La mayoría están sobreeducados
Los estudios relacionados con Ciencias de la Salud se encuentran entre los más ajustados al mercado laboral

Los más ajustados

Conforme a las conclusiones, los graduados en áreas de Ciencias de la Salud, como Medicina, Enfermería o Veterinaria, aumentan la probabilidad de ser adecuadamente emparejados en sus puestos de trabajo. También los graduados en los campos de ingeniería/arquitectura aumentan la probabilidad de lograr una combinación de educación y trabajo después de la movilidad laboral externa.

Asimismo, los estudiantes orientados a ciencias de la computación o distintas ingenierías tienen altas probabilidades que terminar ocupando un puesto relacionado con los estudios realizados. 

Una tabla que recoge el trabajo del profesor Salas-Velasco muestra las probabilidades pronosticadas de ser (mal) emparejado en el primer trabajo después de la graduación para algunos títulos seleccionados. “Por ejemplo, la probabilidad de que un licenciado español tenga una formación adecuada en su primer trabajo es del 67%, pero que aumenta hasta el 83% para los Estudios de Enfermería y hasta el 96% para los de Medicina. La probabilidad de desajuste horizontal es del 7%, pero sube al 27% para Historia y Filosofía. La probabilidad de estar desadaptado verticalmente es del 6%, pero aumenta al 27% para Estudios Empresariales. Finalmente, la probabilidad de desajuste vertical y horizontal es del 20%, pero sube al 45% para Bellas Artes”.

Habilidades laborales distintas

El estudio sugiere plantearse la hipótesis de que el desajuste horizontal es más probable entre aquellos graduados en campos de grado que brindan habilidades más generales y menos probable entre aquellos de campos de grado que brindan más habilidades específicas de ocupación. 

Conforme a esta, el capital humano con perfiles muy específicos, es más difícil de transferir a otros sectores que aquellos que disponen de conocimientos y habilidades más generales. Esto que, a priori, les beneficia, se asocia también con mayor vulnerabilidad laboral en situaciones de crisis sectoriales o momentos de recesión económica. Sin embargo, los desajustados presentan mayor capacidad para adaptarse al entorno.

Es decir, que dependiendo del momento y la demanda del mercado, el desajuste puede convertirse en una ventaja cuyos títulos, generalmente considerados específicos, acaban produciendo graduados con habilidades muy versátiles. En esta situación se encontrarían títulos como los de Historia y Filosofía, Periodismo, Lenguas y Literaturas, Ciencias Políticas, Sociología, Matemáticas, Farmacia, Química o Física.

Así que, aún evidenciando la existencia del problema del desajuste educativo en la estructura del mercado laboral, no queda del todo claro que esto sea malo o bueno.

El último informe del INE

El análisis del profesor Salas-Velasco toma como referencia los datos de la primera encuesta de inserción laboral de titulados universitarios en España realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2014 (EILU 2014)

No fue hasta el año 2019 cuando se realizó una segunda encuesta EILU publicada a finales de 2020. En ella se informa de la situación laboral de los graduados universitarios del curso 2013-2014 así como de los titulados en Máster. Los datos que arroja ésta varían un poco de la anterior corrigiendo, en parte, los desajustes.

Estos son algunos de los datos más interesantes que aparecen en esta última encuesta: 

La tasa de empleo en 2019 de los graduados universitarios del curso 2013-2014 fue del 86,1% (en hombres del 87,8% y en mujeres del 84,9%). La de titulados en Máster, del 87,3%

EspecialidadesLas mayores tasas de empleo se dieron entre los que estudiaron Ingeniería en electrónica, Desarrollo de software y de aplicaciones e Ingeniería multimedia, e Ingeniería de telecomunicación. Los másteres con mayores tasas de empleo fueron los relacionados con las ramas de Ingeniería y Arquitectura, y Ciencias de la Salud. Por el contrario, las tasas de empleo más bajas se registraron en Filosofía (63,8%), Conservación y restauración (63,8%) e Historia del arte (65,0%).

Desempleo. En la anterior encuesta, la de 2014, la tasa de paro de graduados universitarios del curso 2009-2010 fue del 19,2%. Por su parte, el 6,4% de los graduados estaba en situación de inactividad en 2019. 

Los graduados con una discapacidad reconocida superior al 33% presentaban una tasa de actividad del 83,1%, una tasa de empleo del 75,4% y una tasa de paro del 9,2%.

La tasa de actividad de los residentes en España (93,5%) era inferior a la de los que residían en el extranjero (95,9%).

Ramas de conocimiento y titulaciones. Las ramas de conocimiento de los graduados con mayores tasas de empleo en 2019 fueron Ingeniería y Arquitectura (92,4%) y Ciencias de la Salud (91,5%). Por su parte, las tasas de paro más elevadas se dieron en Artes y Humanidades (13,4%) y en Ciencias (10,2%). 

Por tipo de universidad, los graduados en universidades privadas tenían una tasa de paro inferior a los de las públicas (4,9% frente a 8,7%). 

Por situación profesional y tipo de contratos, el 58,9% de los graduados ocupados era asalariado con contrato permanente, el 27,0% asalariado con contrato temporal, el 8,7% empresario o trabajador independiente y el 4,8% tenía un contrato en prácticas, formación o becario. 

Asimismo, los graduados en Medicina y Biotecnología fueron los que presentaban mayores porcentajes de contratos en prácticas, formación o becas (39,4% y 28,6%, respectivamente). Por su parte, los graduados en Servicios (otros estudios) e informática tenían los mayores porcentajes de contratos permanentes (90,0% y 86,7%). 

En contratos temporales destacaban los graduados en Lenguas Clásicas y en Enfermería (67,5% y 56,3%). Por último, los titulados en Podología y Odontología tenían los mayores porcentajes de empresarios o trabajadores independientes (67,3% y 56,9%).

Sueldo mensual neto en el empleo actual. El 61,1% de los graduados ocupados en 2019 afirmaban que su sueldo mensual neto estaba entre los 1.000 y los 1.999 euros, El 15,6 % de los graduados decía que cobraba menos de 1.000 euros mientras que el 9,9% ganaba 2.500 o más.

Ocupación, sobrecualificación autopercibida. El 61,8% de los graduados ocupados en 2019 afirmaba tener una ocupación de técnicos y profesionales científicos e intelectuales, el 13,1% una ocupación de técnicos o profesionales de apoyo y el 10,5% eran empleados contables administrativos y otros empleados de oficina. 

El 79,8% de los graduados consideraba que estaba desarrollando en su trabajo tareas propias de un titulado universitario (incluido doctorado y Máster). En el lado contrario, un 9,6% afirmaba que el nivel más apropiado era el de Titulado en Formación Profesional de Grado Superior y el 5,0% el de estudios de Bachillerato o Formación Profesional de Grado Medio.

También en este caso aumenta la percepción de estar sobrecualificado en los primeros años de trabajo una vez finalizados los estudios. No obstante, un 73,2% de los titulados universitarios considera que la titulación le había servido para encontrar empleo.