Pasados una semana, 15 días o el plazo que hayamos fijado, es el momento de mandar una tercera carta, en este caso ya por medio de un burofax con certificado de envío y de contenido, en el que se haga constar, por un lado, los dos avisos previos, y, si los hubiese, las llamadas o las visitas, y, por otro, las medidas que estamos dispuestos a adoptar en caso de no pagar:
Aquí el tono ha cambiado considerablemente: ya no es Estimado Sr. Pérez, sino el neutro y formal, Muy Sr. Mío. Y ya no es “reciba un cordial saludo”, ahora es “atentamente”.
También puede ser aconsejable incluir una fórmula por la que se le ofrece una renegociación de los términos de pago. Esta coletilla es válida siempre y cuando estemos dispuestos a ceder.
Esta carta ya conviene que la envíe el máximo responsable del departamento. Incluimos aquí una nueva norma a la que nos acogemos: la que nos permite imputar al deudor los gastos de gestión del cobro.
Ya hemos utilizado por un lado una vía que nos sirve de prueba jurídica, llegado el caso de que queramos reclamar vía judicial. Hemos señalado que ya se ha comunicado varias veces y mostramos la actitud del deudor de dar la callada como respuesta.
Les avisamos de que, en caso de no abonarlo, vamos a proceder contra ellos. Ojo con esta amenaza, tenemos que estar dispuestos a cumplir lo que prometemos porque si no esta coletilla es absurda. Es mejor ser concretos con las acciones futuras a emplear y si tenemos algún tipo de línea de crédito con el cliente hay que empezar por cortarla de forma determinante.
Descarga aquí la carta.
Nos vemos en los tribunales
Si no han servido estas tres cartas, todavía se puede enviar una cuarta carta intimidatoria o incluso una quinta conminatoria. En la cuarta, se avisa ya de que vamos a recurrir a la vía judicial aunque apelamos a la confianza del interlocutor para no tener que llegar a esa vía, con alguna coletilla del tipo de “confiamos en no tener que acudir a esta vía y poder arreglar esta incidencia de forma amistosa”.
La quinta ya debe proceder directamente de tu despacho de abogados.