Detrás de esta frase del imaginario castellano, se encuentra una realidad con la que se topan frecuentemente muchos emprendedores al arrancar con su proyecto empresarial. Han encontrado una idea de negocio, el estudio de mercado les da la razón, y ahora (y no dentro de tres meses) es el momento de poner en marcha ese negocio… aunque no para el banco, ni para los distribuidores, ni para su familia, ni para esos compañeros de trabajo que no comparten su espíritu emprendedor, ni para ese asesor que abordan en un evento de networking durante cinco minutos.
“Aquellas personas que no tienen iniciativa, difícilmente dan lugar a buenos emprendedores. Las personas que necesitan una guía permanente, que haya alguien que les diga constantemente lo que tienen que hacer, no son buenos emprendedores. Se sienten incómodos con la incertidumbre, y eso les impide ser emprendedores. El hecho de emprender está lleno de incertidumbres, riesgos…”, plantea Eugenia Bieto, directora general de Esade.
“¿A quién le importa lo que yo haga? yo soy así, y así seguiré…”
Aquí tienes a cinco empresas de éxito a las que el sector, los proveedores, los bancos, sus compañeros de trabajo o su familia les dijeron al arrancar: “¿Pero cómo vas a dejar tu trabajo y montar una empresa de…?”. El mínimo común denominador de estos emprendendores es este: si tu idea de negocio es sólida, da igual lo que digan los demás.
THE WINE LOVE – Gonzalo Gonzalo.
Las trabas de los bancos para concederle líneas de crédito y el rechazo de la distribución clásica a nuevos vinos han enseñado a este emprendedor riojano a ser autosuficiente.
El rechazo más llamativo (por lo menos, el más mediático) que ha vivido en sus carnes Gonzalo Gonzalo lo protagonizó el director de la sucursal de un banco que no quiso concederle un crédito de 6.000 euros, aunque la oposición más importante a su idea de negocio ha venido de dentro del propio sector, de los distribuidores que no abren sus catálogos para incluir sus vinos y que le han llevado a convertirse él mismo en distribuidor, on y off line (montado en su furgowine en la que, si hace falta, hasta hace noche a seis grados bajo cero en medio de una feria medieval).
Gonzalo fue al banco a pedir un préstamo de 6.000 euros para embotellar Le Punk, un vino que llevaba tiempo mimando y que estaba listo para salir al mercado. El banco le dijo que como el vino es difícil de embargar, no podía concederle el crédito. Gonzalo pidió entonces una cuenta de crédito de 4.000 euros, y se encontró con la misma respuesta. Así que decidió pedir ayuda a sus amigos para financiarlo con un sistema de suscripción. Lo consiguió y decidió cambiarle el nombre al caldo: en lugar de Le Punk, Gran Cerdo, en homenaje a ese responsable de oficina bancaria que le denegó el crédito. Y para que quedara claro, preparó la siguiente etiqueta para la botella:“Gran Cerdo es un gran vino dedicado a los directores de banco que nos negaron préstamos aduciendo que el vino no era un bien embargable. […] Algún día descubriréis que las cosas más importantes de la vida no se pueden embargar […]”.
Con otro medio
Ése ha sido el rechazo más llamativo, pero quien le ha dado la espalda ha sido el sector clásico, que no los consumidores que agotan sus producciones. “Queríamos romper con una forma clásica de hacer vinos. Creamos nuevas formas de fermentación. Cada año la uva cambia, con lo que no damos continuidad al perfil de vino de una añada a otra. Y eso no lo entiende la distribución”.
LOS DISTRIBUIDORES
“La distribución no está preparada para propuestas tan novedosas. Así que buscamos otras vías de distribución: sobre todo, venta directa con clientes, tiendas, restaurantes e Internet.Con la excepción de Galicia, donde sí encontramos una distribuidora diferente”, explica.
TÉ BLANCO.ORG – Antonio Hernández Ayuso
“¿Por qué trabajar 12 horas diarias por 1.000 euros al mes?” Este razonamiento llevó a Antonio Hernández Ayuso a aparcar una carrera como ingeniero de telecomunicaciones y dedicarse a vender té gourmet on line.
Cuando la crisis estaba en todo lo alto, en abril de 2009, en vista de como estaban los sueldos de los ingenieros y dada la situación económica que vivía, me di cuenta de que no tenía más remedio que intentar algo… o trabajar 12 horas diarias por 1.000 euros al mes. Así que decidí montar una tienda on line de té delicatessen. El stock con el que contaba en ese momento eran 300 gramos de té que tenía en mi cocina, para mí. Así que la inversion inicial fue de cero euros, aunque luego he reinvertido el 50% de los beneficios en mejorar el negocio…”, recuerda Antonio Hernández Ayuso.
“Como no disponía de dinero empecé trabajando (y sigo) literalmente desde el garaje de mi casa en Murcia. Nunca hemos pagado AdWords y siempre hemos basado las visitas en nuestros conocimientos de SEO; en esto sí que hemos invertido mucho tiempo”, comenta.
“Despues de un año y medio en el mercado, tenemos ya más de 300 productos y estamos abriendo mercado en Italia, EE UU y, poco a poco, en el resto de Europa… aunque aún somos una empresa muy, muy pequeña y seguimos con la misma política de hacerlo todo nosotros: compras en el extranjero, ventas, SEO, trámites fiscales, incluso barrer el local… etc”, continúa.
“Cuando se monta una tienda on line, generalmente los emprendedores se ocupan de la tienda, pero no de crear la calle por la que tienen que pasar los consumidores para llegar a esa tienda. Todos los días se montan millones de negocios on line”, advierte.
“Hay que ofrecer algo más que el producto: tienes que dar información. Tienes que conseguir que la gente entre porque ofreces información”.
LA FAMILIA
“Despues de estudiar Industriales… acabar vendiendo té en el garaje de tu casa… como que no cuadra. Desde que empecé muchísima gente me ha dicho que por qué me he metido en esto. Me lo han preguntado desde la televisión regional de Murcia hasta mi abuela. Al principio los familiares cuando ven lo que ganas los primeros meses, se ríen de ti. Después ya no se ríen tanto…”.