Sin que se pueda decir que gana con la crisis, el sector de la perfumería y la cosmética –que viene creciendo a tasas moderadas– se defiende muy bien en momentos de desaceleración del consumo. “Nuestra experiencia es que solemos crecer incluso en momentos de crisis. A principios de la década de los 90, una época de recesión, mantuvimos tasas superiores al 2,5%”, asegura Óscar Mateo, responsable de Estadística de Stanpa, la patronal de las cadenas de perfumería. Precisamente, la tasa que esperan mantener en el 2008, es inferior al 5,8% del año pasado, lo que no está nada mal en una fase de descenso clarísimo del consumo. Mateo explica que tal comportamiento se debe a que “estos productos están ya muy consolidados en la cesta de la compra. Los consumidores no están dispuestos a renunciar a ellos”. Según dice, a muchos compradores les resulta más fácil dejar de comprar carne o marisco que prescindir de un after shave, un elixir dentífrico, un lápiz de labios o un hidratante. Además, el sector se está viendo beneficiado de la creciente propensión de los consumidores –sobre todo los masculinos– en el uso de productos cosméticos, por ejemplo para el cuidado de la piel, convertidos en una necesidad insoslayable, y que, según Mateo, “vienen creciendo a tasas del 7% anual”.
Perfumería, belleza e higiene personal