Casi todos los seniors de nuestra lista tienen en común el que siguen logrando en sus empresas resultados más que extraordinarios. Es el caso de Juan Miguel Villar Mir, que incrementó las ventas de OHL entre el 2007 y el 2010 en un 32%, como si no hubiera crisis, o de José Lladó al frente de Técnicas Reunidas, que creció también el 35%. Lo mismo se podría decir de José Luis Colomer, de Pryconsa, una de las pocas inmobiliarias que han resistido la debacle; o de David Álvarez, en Eulen, entre otros.
Fuerte carisma
Como el éxito imprime carácter y carisma, nadie quiere sustituir al caballo ganador por otro. Lo hemos visto con las enfermedades de Steve Jobs. Y lo veríamos en el caso de que Villar Mir, Juan Lladó o Emilio Botín, responsables de empresas que cotizan en bolsa, anunciaran su salida. Esta querencia de los inversores los convierte en insustituibles. Pero también ocurre con las que no están en el parqué. Mientras clientes, proveedores, bancos, empleados los prefieran al mando, sus potenciales sucesores tendrán que esperar el relevo.
Habilidades singulares
Existe también amplio consenso entre los expertos en que los ‘seniors’ más resistentes poseen capacidades únicas, una percepción que frena las acometidas de posibles sucesores. Hay dudas de que un sucesor de Emilio Botín, 77 años, pudiera igualar el trabajo hecho por él, convertir un pequeño banco (el séptimo de España) en uno de los mayores del mundo. Casimiro Molins logró asegurar la independencia de su compañía frente a agresores externos ya pasados los 80 años. A Pérez de Bricio se le ha reconocido su habilidad para mantener durante años el control español en Cepsa, pese a que el principal accionista era la francesa Total.
Sucesor sin peso específico
Otro factor es la ausencia de un sucesor disponible o con el peso suficiente como para hacerle sombra al senior. Lo primero, lo menos normal, sucede cuando no existe un heredero natural –el caso de Juan Celaya, de Cegasa, que no tiene hijos– o no se haya asignado ninguno de forma clara, algo que ocurre ahora mismo en el Santander. Lo lógico es que en estos casos el ‘senior’ se considere absolutamente imprescindible y se mantenga en el cargo.
Excelente salud
Lo normal es que la mayor parte de estos seniors sean auténticos obsesos de la salud y el ejercicio (Emilio Botín hace ejercicio a diario). Se ha publicado mucho sobre el modo cómo se cuidan algunos de los senior.