Simón González de la Riva, consultor en internacionalización empresarial y planes de negocio, se pregunta “¿cómo prevenirse de asociarse con un potencial lunático, litigante, u holgazán?”. O sea, con su socio tóxico. De entrada, este experto aconseja “hablar con sus antiguos compañeros de trabajo, colegas o empleados anteriores. Esto puede arrojar algo de luz sobre la experiencia y el comportamiento de esa persona candidato a socio”. También estar atento a las siguientes señales de advertencia:
La mentira:
Si detectas que la mentira forma parte de su día a día, hay muchas razones para esperar que este comportamiento continuará tras la asociación. No se puede trabajar con alguien a quien no se puede confiar.
Se preocupa más por el dinero que del negocio:
Si todo se reduce a dinero, cuidado. Será difícil tomar decisiones comerciales racionales e inversiones en el negocio, si está constantemente peleando por dónde va el dinero.
Siempre se excusa:
Si tu socio potencial parece tener siempre una excusa, y toma poca responsabilidad por sus acciones, este comportamiento paralizará su negocio más tarde.
No le gusta trabajar
Hay socios que esperan que hagas el trabajo pesado, mientras ellos se sientan y sacan provecho de tu trabajo. Nadie quiere repartir los beneficios cuando el esfuerzo no es compartido.
Es un fanático del control:
Quieren controlar el negocio, y a ti. Empiezan a discutir acerca de los cargos y de la autoridad y sobre quien toma las decisiones… Ese es un calvario en el que hay poco por ganar.
Amenaza:
Un socio potencial que amenaza con involucrar a abogados o demandarte, no va a hacerte la vida más fácil en el caso de que surja un conflicto.
Tiene un comportamiento errático:
Cuando tienes un socio inestable, este tiene tendencia a consumir energía emocional en sus arrebatos, y, posteriormente, pedir disculpas por su mal comportamiento.