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08 Jun, 2023

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¿Qué valores te interesa potenciar en tu marca personal?

Contar con una marca personal que te permita destacar representa una ventaja clara en cualquier sector profesional. Pero, ¿cuáles son los valores que puedes y debes potenciar en tu estrategia?

¿Qué valores te interesa potenciar en tu marca personal?

Aquí tienes una muestra de algunas de las cualidades más demandadas hoy en el mercado y aquellos casos y situaciones en que pueden resultar de provecho.

Elige las que mejor encajen con tu capacidad profesional, y poténcialas. ¡Pronto comprobarás los resultados!

1) Creatividad

Es uno de los elementos básicos de toda marca. Es primordial que encuentres una manera de diferenciarte. Por ejemplo, en lugar de dar una conferencia, puedes crear un juego que te sirva para transmitir tu mensaje. Ser creativo va unido al talante personal y es posible mostrarlo en cualquier trabajo.

Prueba de ello nos la da el especialista bursátil José Luis Cava, quien “al ver cómo los norteamericanos analizaban la Bolsa y lo divertido que resultaba” apostó por darle también en España “un enfoque diferente” a la actividad. Su consejo: “Si quieres contar algo en público, necesitas captar antes la atención de la gente… ¡Cuéntalo entonces de forma divertida!”.

2) Rapidez

Siempre que tu trayectoria lo acredite y el servicio que prestes resulte valioso, presentarse como un profesional rápido supone un valor añadido muy importante, especialmente para proveedores de bienes y servicios. De hecho, se trata de una de las cualidades más valoradas hoy en día.

Si eres un reclutador de personal, un productor de programas, o trabajas en un sector donde solucionar problemas contrarreloj represente un factor estratégico, forjarte reputación de rápido te puede ayudar a conseguir contratos. Recuerda que éste es todavía el país de la improvisación y los encargos de última hora están a la orden del día.

Esta apuesta por la rapidez es también útil para los profesionales autónomos. La agilidad que te da no depender de la estructura de una empresa te permite optar a trabajos a los que ellas no llegan, precisamente, por su lentitud de reacción.

3) Carisma

Tener capacidad de motivar es una cualidad muy demandada en las empresas. Jefes de ventas, consultores, formadores… en estas y otras profesiones, el poder de seducción determina en gran medida los resultados. Si te ves dentro de este perfil, esfuérzate en cultivar tus dotes de comunicador.

Analiza tu experiencia en proyectos pasados (un grupo que haya mejorado sus resultados bajo tu tutela, clientes captados gracias a tu labia…) y trata de sistematizar las claves de esos éxitos en un discurso transmisible.

4) Eficacia

Quizá epatar a las masas con tu presencia no sea tu fuerte pero, en cambio, posees una hoja de servicios impecable. A menudo se habla de un “profesional eficaz” contraponiéndolo a los grandes gurús. Sin embargo, al final, lo que cuenta es el rendimiento.

En el mundo del deporte es paradigmático el caso de esos entrenadores “de cantera” a los que se recurre para sustituir a un coach estrella que, con todo su talento, ha dejado al equipo al borde del descenso. En tal situación, se busca la confianza que ofrece un profesional con menos carisma, pero que asegura resultados.

Si es tu caso, potencia esa imagen. En tu web, en tus intervenciones, cada vez que hagas una presentación a un cliente, destaca tus propios casos de estudio: encargos complicados con los que te hayas encontrado, y describe qué es lo que hiciste para solventarlos.

5) Polivalencia

Hay quien basa su marca personal en torno a la idea de “solventador” eficaz. O lo que es lo mismo: aquel que es capaz de producir y diseñarte un videojuego de forma íntegra. Y es que saber realizar dos o más funciones complementarias es un plus a la hora de venderte, y más en época de ahorro de costes. Si un empresario debe elegir entre contratar dos personas, o un único profesional capacitado para varias tareas… ¿A quién escogerá? Reflexiona sobre qué activos (conocimientos, estudios, experiencias) posees que, aunque nunca hayas practicado profesionalmente, puedan ser útiles a algún cliente, y busca la ocasión propicia para ponerlo en conocimiento de éste.

6) Especialización

Lo que en un contexto pudiera percibirse como una desventaja significativa en otro puede convertirse en una gran virtud profesional. Pongamos un ejemplo: mientras la mayoría de pymes recurre a ese empleado todoterreno, las multinacionales suelen preferir contar con el profesional de referencia.

Un caso claro son los negocios de nuevas tecnologías, donde es imposible estar al día de las novedades y la etiqueta de ‘especialista’ goza de gran prestigio. No sólo en ese campo: en el mercado se pueden encontrar servicios de consultoría sobre prácticamente cualquier cosa.

En buena medida, posicionarte como especialista es cuestión de estar atento a los fenómenos sociales y buscar un nicho donde no exista aún mucha competencia.

7) Adaptabilidad

En un entorno cambiante, saber adaptarse al mercado puede ser un atributo de marca, lo cual tiene bastante que ver con la capacidad de reciclaje.
Si eres un consultor que ofrece su conocimiento a las empresas, no debería importarte la forma del envase en que vendes ese know how: informes, auditorías, charlas, teleconferencias, formación presencial, cursos online, etc.

8) Ética

Aunque en el mundo de los negocios la ética es un valor en alza desde hace una década, también es cierto que los perfiles comercialmente más agresivos han sido los más demandados en estos años de bonanza.

En un momento de pos-burbuja acreditar una trayectoria ética marca diferencias.

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