Hace poco contábamos en esta web el caso de Juan Manuel Moreno quien, al frente de Panadería Piña consigue vender hogazas de pan de 400 gramos de peso al precio de 1.480€. Obviamente, no es este producto tan exclusivo su principal fuente de ingresos, que también las vende a 1,05 euros en su establecimiento, pero el hecho de ostentar el título de vender los cinco panes más caros del mundo, lo que le ha dado celebridad internacional.
No es el único emprendedor que basa su estrategia de éxito en los precios estratosféricos. Estos son algunos de otros casos que se la fama apoyándose en esta estrategia.
Un melon a 40.000 euros
El melón Yubari es una fruta difícil de cultivar y requiere de unas condiciones de temperatura, humedad y calidad de agua especiales. Se plantan en una tierra muy rica en ceniza volcánica, requiere de unos invernaderos específicos con un sistema de tuberías de agua caliente. Sus principales consumidores se encuentran en Japón aunque no sea un fruto autóctono, dado que es el resultado de un cruce. Las semillas de estos melones se guardan en cámaras acorazadas y solo 150 agricultores de la zona reciben semillas para poder cultivarlas. La cosecha dura alrededor de100 días y se mantiene su peculiar tallo en forma de T para poner de manifiesto que ese melón es exclusivo y de la más alta calidad. Cuentan que si se cortase el tallo, podrían crecer hasta 3 melones más de cada uno. Pero no es esto lo que les interesa sino mantener una producción muy limitada para venderlos luego a precios de otro mundo, como los 40.000 euros que se pagaron por un Yurabi en una subasta de 2019. Se convierte así en la fruta más cara del mundo.
Una taza de café a 75 euros y, encima, da un poco de asco
El precio de una taza de café kopi Iuak puede costar 80 dólares (75 euros). El precio orientativo de un kilo de este tipo de café es de 400 euros. Se produce en zonas como Sumatra, Java, Bali, Filipinas o Indonesia. Peor es conocer su procedencia porque corresponden a excrementos de civeta, una especie de mamífero carnívoro parecido a un mapache. Los granos excretados se recolectan por los lugareños para venderlos después a los distribuidores. Los granos se lavan y se tuestan ligeramente, para no estropear los complejos sabores que se han desarrollado durante el proceso. El café se vende principalmente en Estados Unidos y Japón.
No obstante, hay que señalar que, pese a la rareza de este café, el título de ser el más caro se lo ha arrebatado un producto que se cultiva en Panamá, concretamente en la provincia de Chiriquí, que alcanza el precio de 2.000 euros el kilo producido por la empresa familiar Lamastus Family Estates
340.000 euros por una botella de vino
La marca es española, AurumRed, y lo elabora Hilario García desde Las Pedroñeras (Cuenca). Se refieren a esta serie como una obra de arte resultado de una colaboración entre Hilario García con el artista Alberto Rodríguez Serrano para lanzar una edición especial de AurumRed Serie Oro, de las que se extrajeron un total de 16 litros de vino cuyo valor ascendió a 340.000 euros la botella, aunque ahora se anuncia en la web al módico precio de 25.000 euros.
Entre las características de AurumRed Serie Oro, tan especial, destacan que sus uvas son de cepas de más de cien años autóctonas y solamente salen al mercado 150 botellas al año.
Y aunque también en este caso el precio parezca desorbitado, decir que la mayor cantidad por adquirir una botella de vino se pagó por una botella de Borgoña de 1945, de la variedad Romanée-Conti, vendida en una subasta por 550.000 euros.
A 2.277 euros la pizza o el Bitcoin Pizza Day
Se la denominó Pizza La 24 K. y se vendió al precio de 2.700 dólares americanos, equivalente entonces a 2.277 euros. No obstante, y pese a su precio, hay quien duda de que esto sea una pizza puesto que la masa se baña en tinta india de calamar negro y se espolvorea con polvos de oro ecuatoriano. Entre otros ingredientes, figuran trufas negras en su guarnición. Los pedidos deben hacerse con dos días de antelación a Industry Kitchen, en Nueva York.
Pero también en este segmento surgen rivales. Hay quien afirma que la pizza más cara del mundo fue la que, en 2001, mandó Pizza Hut a la Estación Espacial Internacional, cuyo envío se puso en un millón de dólares y eso que el contenido era más bien sencillito: salami, queso y salsa de tomate.
Ya en los tiempos que corren, se atribuye el mérito de la pizza más cara del mundo a una Papa John’s que, según algunas fuentes pagó Laszlo Hanyecz, programador experto en blockchain, pagó con 10 bitcoins, cinco para cada una porque adquirió dos. No sabemos cuál sería el precio equivalente en dinero fiat pero alguno lo tradujo por 80 millones de dólares. Como se trata de la primera transacción con la criptomoneda más famosa del mundo, ahora la comunidad cripto conmemora del Bitcoin Pizza Day cada 22 de mayo.
300 euros por un sandwich
Cuesta 300 euros y se llama Golden Goose. Para consumirlo, hay que pedirlo con 24 horas de antelación porque además de llevar los clásicos en Estados Unidos: pan, mantequilla de cacahuete y mermelada, el ingrediente principal, y el que justifica su precio, es pan con polvo de oro cocido en la harina y oro comestible en la cubierta. A los dueños del establecimiento en el que se sirven, PB&J, los hermanos Matthew y Josh McCahill, se les ocurrió la idea después de descubrir un sándwich de PB&J de 200 dólares que solo tenía un palillo de oro. Ellos subieron la oferta añadiendo más oro y buscando las marcas más selectas y caras para la mermelada y la mantequilla.
El establecimiento que acumula récords de los productos más caros
Serendipity 3 es un famoso restaurante neoyorquino y actual propiedad de la cantante y actriz Selena Gómez, conocido por aplicar el lujo a comidas tan cotidianas como los sándwiches o los batidos. En estos momentos, el popular local ostenta tres récords Guinness por sus creaciones culinarias. En la 225 East 60th Street se puede degustar el sándwich más caro del mundo (parece que se disputa el título con el anterior), el postre más caro del mundo y también el batido más caro del mundo. Un hat-trick que le han puesto en las primeras páginas de las guías de restauración de todo el mundo.
El restaurante lo fundó Stephen Bruce en 1954. El restaurante ha sido escenario de varias películas, incluida la comedia romántica de 2001 Serendipity.