Vivir de las rentas es un anhelo para muchas personas. Ser el dueño absoluto de tu tiempo gracias a una cartera de ingresos pasivos recurrentes es un objetivo vital que no todo el mundo puede permitirse, aunque el club de los rentistas no solo está reservado a los multimillonarios. Con un patrimonio más pequeño, también es posible generar rentabilidades que te permitan retirarte.
Un permio en la lotería, una herencia abultada o un pelotazo en los negocios pueden ser el primer ladrillo en el camino hacia vivir de las rentas. Pero también unos años -cuántos sean depende de factores como el salario- de duro trabajo y ahorro concienzudo. A partir de aquí, saber invertir de manera correcta marca la diferencia entre los que pueden retirarse antes de tiempo y los que no.
Tu nivel de vida también juega un papel importante en la carrera por vivir de las rentas. En este sentido, calcular bien los gastos que tienes y tendrás en el futuro es clave a la hora de planificar una retirada temprana de la vida laboral. Algunas personas necesitarán 300.000 euros, mientras que otras deberán superar por mucho esa cantidad para poder dar el paso.
Las inversiones que te permitirán vivir de las rentas
Una vez dado el primer paso, es el momento de comenzar a invertir. Tal y como explican algunos expertos a El País, una rentabilidad media anual del 5% puede ser suficiente para conseguir vivir de las rentas. Y, para conseguirlo, existen diferentes opciones con las que crear una sólida cartera de inversión.
Alquiler de pisos. Es una de las opciones más recurrentes para vivir de las rentas. La actividad más común es la compra de un piso para ofrecerlo en alquiler. Sin embargo, requiere de una alta inversión y las rentabilidades brutas apenas alcanzan el 4% anual. Como puntos favorables, destaca la estabilidad de la renta o una posible venta en el futuro tras la revalorización del inmueble.
Fondos de inversión. Es una de las alternativas más diversificadas para poder vivir de las rentas en el futuro. Se trata de un producto que invierte en diferentes empresas y temáticas. Pueden ser indexados -ligados a un índice bursátil-, temáticos -que invierten en sectores concretos-… Las posibilidades son muy diversas, y pueden arrojar rentabilidades altas en ciertos momentos. Sin embargo, el riesgo es mayor que en otro tipo de inversiones.
Plazas de garaje. Las plazas de garaje se han convertido en una inversión muy rentable durante 2021, por encima incluso de las viviendas. Según un estudio de Fotocasa, la rentabilidad bruta media de las plazas de garaje en España en 2020 alcanzó el 9,3%, lo que daría como resultado unos precios de alquiler de entre 93 y 387,50 euros mensuales. Un retorno más que considerable, teniendo en cuenta que este tipo de activos no tienen apenas riesgos ni costes de mantenimiento.
¿Criptomonedas? Si lo que quieres es vivir de las rentas de manera estable, las criptomonedas no son una opción real de inversión. Al menos, de momento. Aunque las rentabilidades de estos activos están por las nubes, su alta volatilidad es un freno para la inversión más segura. No obstante, destinar una pequeña parte de tu cartera a comprar bitcoin o Ethereum puede ser una vía para intentar aumentar tu patrimonio de forma rápida.