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31 May, 2023

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Luces, cámara, acción

Tras años trabajando como profesor y camarero, a Garth Holmes el cambio político acaecido con la caída del apartheid en Suráfrica le permitió crear en el año 1994 la empresa AFDA, una escuela cinematográfica que ha logrado ganarse el reconocimiento no sólo en el continente africano sino en el resto del mundo.

Oportunidades
“La idea cuajó gracias al optimismo que trajo la caída del apartheid y la llegada de la democracia que abrió la posibilidad de crear escuelas privadas. Ni siquiera nos paramos a pensar si la cosa funcionaría o no. Suráfrica necesitaba instituciones que pudieran canalizar las oportunidades que el nuevo sistema democrático había creado”, explica. Así, junto a Bata Passchier (director de cine) y Deon Opperman (guionista) fundó AFDA sin ayuda económica, pero con muchas ganas de triunfar: “Empezamos con una televisión medio rota, un reproductor de vídeo alquilado y seis estudiantes. Ahora tenemos 1.000 alumnos repartidos entre los campus de Johanesburgo y Ciudad del Cabo”, asegura. Una de las cosas que estos emprendedores vieron clara es que la globalización estaba cambiando la economía a nivel mundial, de manera que el éxito económico de una nación ya no sólo dependía del consumo masivo ni de la explotación de los recursos del país: había que poner en práctica nuevas ideas, había que emprender. AFDA ofrece a sus estudiantes dos programas de licenciatura y tres de postgrado. “En ellos, estructuramos la teoría y la práctica a través de un hilo común que incluye narrativa, actuación, estética y producción”. El hecho de que el 90% de sus estudiantes consiga colocarse en un puesto para el que se ha preparado en la escuela es un claro ejemplo de que esta compañía funciona; no en vano tiene unos ingresos anuales de cinco millones de euros y además no recibe ninguna ayuda estatal.

www.afda.co.za