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31 May, 2023

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Bionanoplus

Honestamente, hay avances de la ciencia que suenan a ciencia ficción, como la posibilidad de que un fármaco se inyecte una sóla vez y pueda estar meses haciendo efecto, y sin embargo… “Piensa en un cliente [una empresa farmacéutica] que tiene problemas con un fármaco que se tiene que inyectar por vía subcutánea todos los días o todas las semana. Una hormona de crecimiento, por ejemplo. Resulta que el paciente tiene que ir todos los días o todas las semanas al hospital. Con nuestro sistema se incorpora el fármaco dentro de una nanopartícula, y esa nanopartícula se inyecta dentro del cuerpo y el fármaco se va ‘soltando’ poco a poco durante dos o tres o cuatro o cinco meses. Nosotros controlamos así la liberación del fármaco y el paciente no tiene que acudir al hospital”, explica Hesham Salman, el emprendedor detrás de esta empresa afincada en el CEIN. Pero hay más: “Piensa ahora en fármacos muy tóxicos para otras zonas. Al dirigirlo hacia una zona concreta, no tiene efectos secundarios. Imagina un autobús de pasajeros. El autobús es la nanopartícula y los pasajeros son fármacos; la carretera es el cuerpo humano. Se pueden dirigir los fármacos hacia una zona concreta del cuerpo.”, continúa Salman, un doctor en Farmacia palestino que llegó en 2002 a España con una beca de la Agencia Española de Cooperación Internacional para hacer su tesis doctoral en la Universidad de Navarra. Ojo, advierte, Salman, “no son las mismas nanopartículas metálicas que se utilizan en los microchips. Nosotros trabajamos con polímeros. Un polímero es una proteína, y nosotros transformamos esos polímeros en nanopartículas que tienen 100 veces menos del grosor de un pelo”.

Si la idea ya es buena de por sí, lo mejor de todo es que, a diferencia de las investigaciones en este campo, el producto, después de esta investigación, es fácil y barato de producir. “El valor añadido de nuestros productos es la facilidad de escalado industrial. El problema de este tipo tecnología es que todo se termina quedando en los medios de comunicación y en diapositivas que se proyectan en congresos por su coste o por la dificultad a la hora de fabricarlo. Y esto ocurre así porque se hacen productos de muy alta calidad, pero no se piensa que para salir al mercado se tiene que hacer de otra manera. Nosotros ofrecemos productos de muy alta calidad, fácil de fabricar a nivel industrial (incluso a nivel mundial) y barato. Nosotros tenemos nuestra propia tecnología para fabricar nuestras nanopartículas. En nuestra patente no fabricas la nanopartícula, tu fabricas una solución y luego el cuerpo humano se encarga de fabricar la nanopartícula. Imagina una solución que se toma por vía oral y que al entrar en contacto con fluido del estómago reacciona. Lo hace el cuerpo”, comenta. Y, sí, al igual que nosotros, te has quedado con la boca abierta.

“Escenario de actuación: qué tienes que hacer. Estrategia de actuación: cómo lo tienes que hacer. Prestar servicio a clientes y cobras (contractor first). Y luego, I+D para desarrollar productos propios de la empresa con el fin de patentarlos y vender las licencias de patentes. Uno garantizar ingresos a corto plazo, y el otro ingresos a medio y largo, así como la sostenibilidad económica del proyecto.

Casi el 60% de la actividad la dedican al desarrollo de productos propios que generan patente, que luego ofrecen como un producto. “No lo hacemos al azar. Diseñamos los productos a partir de problemas/necesidades del mercado que hemos venido detectando”, argumenta. “Por qué este camino. He trabajado para el sector farmacéutico. Y muchos productos en este sector se caen porque al final dicen: ¿cuál es el coste de fabricación? ¿Qué margen me va a quedar? Como lo he vivido, lo he evitado. Evitar esos problemas nos ha dado una patente, un prototipo sencillo. Y tiene tantas aplicaciones”, razona. El otro 40% a prestar servicios a clientes, que es lo que genera liquidez.