Como país mediterráneo, España es el lugar perfecto para montar un chiringuito de playa. Turistas de todo el mundo llegan cada año a nuestras costas buscando el sol, la gastronomía de calidad y, por qué no decirlo, la fiesta y el buen ambiente con un clima inmejorable.
Todos estos factores invitan a pensar que un chiringuito de playa puede ser un negocio muy rentable… Si se sabe cómo montar. En este sentido, lo primero que hay que conocer es que, para abrir uno de estos locales, se necesita una licencia del ayuntamiento de la localidad, obtenida por concurso público. Y, en algunos casos, estos permisos pueden llegar a costar 90.000 euros.
Además, el emprendedor que quiera optar a abrir un chiringuito de playa debe estar al día con todas sus obligaciones con Hacienda y la Seguridad Social; ser solvente y contar con un mínimo de experiencia en la gestión de negocios de hostelería. Por otro lado, algunas administraciones solicitan por adelantado un diseño del local, así como una propuesta gastronómica o una carta de servicios.
Con respecto a la concesión de las licencias de un chiringuito de playa, lo más habitual es que se queden en el bolsillo del emprendedor que ofrezca un canon más competitivo para la administración. Algunos ayuntamientos, como el de Chiclana de la Frontera, limitaron estas cantidades a un máximo de 10.000 euros, aunque en otros no existe techo, y pueden alcanzar los 90.000 euros.
Las claves para triunfar con un chiringuito de playa
Localización: Es el aspecto fundamental para triunfar con un chiringuito de playa. El negocio debe ubicarse en una zona que sea lo más concurrida posible. Además, cuanto mayor sea la variedad de clientes que pasen de forma habitual por la zona -jóvenes, mayores, familias, extranjeros, nativos…- más posibilidades hay de ganar.
Música. Un buen chiringuito de playa no es nada sin un hilo musical. Las canciones que mejor funcionan, en este sentido, son los éxitos del verano, aunque las canciones de toda la vida también son un atractivo para todo tipo de públicos. Eso sí, no hay que confundir este negocio con una discoteca, por lo que es recomendable no exceder el volumen.
Gastronomía. Por sus peculiaridades, la oferta gastronómica de un chiringuito tiene especial importancia. Ofrecer platos frescos, ligeros y fáciles de comer -recuerda que tu negocio estará rodeado de arena- es un aspecto casi obligatorio para triunfar en este sector.
Mobiliario. Aunque un chiringuito de playa suele estar ubicado en un lugar paradisíaco, no está a salvo de las inclemencias del tiempo. Las costas suelen vivir episodios de vientos fuertes, por lo que es necesario que las sillas y las mesas estén bien ancladas al suelo o, en su defecto, tengan un peso suficiente para que los clientes no tengan que estar pendientes de que no se vuelen.
Precio. Aunque está claro que no se puede competir en precio con la típica nevera portátil llena de cervezas y refrescos, muchos turistas rechazan consumir en un chiringuito de playa porque consideran que los precios son abusivos. Ser moderado en este aspecto -sin renunciar a la rentabilidad- puede marcar la diferencia entre un negocio lleno y uno vacío.
Medidas sanitarias. Tras la llegada de la pandemia, muchos negocios de este tipo decidieron cerrar sus puertas en 2020. De cara al verano de este año, será muy importante que los camareros de tu chiringuito de playa cumplan con las medidas sanitarias que establezca cada administración. Además, ser riguroso en este aspecto también puede funcionar como reclamo para algunos clientes.