La emblemática empresa de motocicletas españolas, renació en forma de merchandising y complementos que, eso sí, mantuvieran el estilo y los valores que un día hicieron grande a esta compañía catalana. Pero hagamos un poco de historia. En los años 80, la industria motociclista de nuestro país se vio envuelta en una gran crisis en la que casas como OSSA, o la misma Bultaco, cerraron. “El proteccionismo de décadas anteriores dio paso a la liberalización del mercado. La conflictividad laboral y la presión sindical no ayudaron en ese sentido, y la llegada de las marcas japonesas –Honda, Yamaha, Suzuki, Kawasaki– fue determinante”, cuenta Francisco Bultó, brand manager en Comercial Bultaco. Así, “en el 97 la familia Bultó recupera los derechos de la marca y nace un proyecto de relanzamiento”. Con una estructura flexible, basada en núcleo de cuatro personas y en la explotación de licencias, “un grupo de profesionales, junto con la familia, puso en marcha el proyecto creando una compañía para comercializar la marca y sus valores”. Aunque también a finales de los 90 hubo un intento de retomar la producción de motocicletas, con la empresa Derbi, “no tuvo continuidad”.
Bultaco