“Una industria que siempre nos interesó fue la de los alimentos y nuestra visión a medio plazo es que Latinoamérica sea un importante proveedor de alimentos de valor agregado para el mundo”, explica Rouillón.
Tras estudiar el sector y evaluar las diferentes tecnologías para la preservación de la vida útil de los alimentos, decidieron que el congelado era la mejor opción. “Después desarrollamos un portafolio de alimentos que aprovechan la calidad de las materias primas que se producen en la región (carnes, lácteos, cereales, vegetales); y agregando tecnología, conocimiento y márketing, ofrecemos al mercado productos prácticos, listos para calentar y consumir, de muy buena calidad”.
La creciente demanda en Argentina de productos ready to-eat era una buena base para empezar. Lo primero que hicieron fue crear la marca Mondo Frizzatta y abrir cuatro locales de venta de productos congelados. Al cabo de un año, decidieron comprar Congelados del Sur, que era uno de sus proveedores, con la idea de que fuera la plataforma para ser proveedores de alimentos para el mundo. Como no tenían un gran presupuesto para comunicación, decidieron que la mejor manera de darse a conocer era introducir el producto en cadenas nacionales e internacionales, así como en la red de 60 distribuidores que tienen. “En 14 meses multiplicamos el volumen de ventas 10 veces y empleamos a 120 personas. Hoy contamos con una capacidad de producción de 7.000 toneladas, elaboramos 6 líneas de alimentos, hemos facturado en 2008 2,1 millones y esperamos llegar a los 3,5”.