La buena marcha de Cosette, que explota el concepto de cheap&chic, demuestra que estemos en el mercado que estemos, lo bueno, bonito y barato funciona. Más, todavía, si te sitúas en un barrio (como el de Salamanca de Madrid) en el que la mayoría de la oferta es de marca de precios elevados. Sus propietarios lo tienen clarísimo. “El secreto es un buen precio, siempre asequible, con un concepto cuidado, una decoración vintage. En este barrio no había nada parecido. Y la gente aquí también mira precio. Yo creo que más. De hecho, se está poniendo de moda el low cost y se están abriendo cosas parecidas. Inauguramos la primera tienda hace dos años y acabamos de abrir la segunda”, comenta Belén García, una de las fundadoras de esta marca inspirada en el personaje de Los Miserables. El de Cosette es el ejemplo de dos tiendas en el mismo barrio, bastante cerca una de otra, con el mismo concepto, pero orientadas a segmentos de edad distintos: una tiene un enfoque más juvenil y precio más bajo: desde 20 euros hasta 50. Esa es la media que tenemos en todos los productos. Vestidos, pantalones… Todo a ese precio. Y en la segunda tienda, dirigida a un segmento de edad más alto, es un concepto más maduro y elegante, con precios entre 40 y 80 euros. Algunos complementos y calzado de piel cuestan más, pero el grueso de la ropa está en ese rango”.
Rompiendo esquemas
¿Cómo conseguimos margen con dos locales situados en algunas de las calles más caras de Madrid? Primero, las tiendas son muy pequeñitas (30 metros cuadrados, incluido el almacén). Pero estamos muy bien ubicados y aprovechamos el espacio al máximo. No tenemos escaparate, la entrada a la tienda son dos portones de cristal que están siempre abiertos, que invitan a entrar. Y luego, engrandecer tu producto con el entorno, la decoración”.