“Mezclamos la seguridad (protección pasiva contra el fuego), con el diseño y belleza arquitectónica, pudiendo instalar un elemento vidriado (fijo, puerta batiente…) en lugares tan diversos como centros sanitarios, centros comerciales, hoteles, grandes superficies, etc.”, explica Xavier Albà, fundador junto a Albert Álvarez de la compañía Creani.

Precisamente, uno de los problemas iniciales que tuvieron que afrontar fue el de la incredulidad de algunos clientes de que sus vidrios no estallaran al exponerse al fuego. “Este escollo lo salvamos rodeándonos de grandes profesionales y empapándonos de conocimiento para poder transmitir nuestra idea y saber a los clientes”.

Estos dos emprendedores consideran que pocos productos como los suyos pueden proteger tan efectivamente a una gran masa de público y romper con el estándar de un diseño poco estético “y los nuestros superan eso con creces. Todos nuestros productos protegen del fuego hasta un par de horas”.

Con oficinas en Girona y Granada, esta empresa ha apostado por Internet como herramienta principal para gestionar sus ventas y presentación de los productos: “La Red es la herramienta del futuro y tendrá el mismo peso que una tarjeta corporativa o un catálogo. De hecho, hacemos un reciclaje casi mensual de nuestra web”.

En Creani, que trabajan para ayuntamientos y para las principales constructoras, presumen del trato directo con el cliente, “asesorando desde el proyecto inicial hasta la entrega de la obra, manteniendo un contacto continuo con los arquitectos, los ingenieros, los jefes de obra…”, subraya Xavier Albà. En 2009, facturaron 300.000 euros.