En principio, el primer beneficiario de esta herramienta es el Ayuntamiento de Madrid al objeto de afinar en el reparto de los Fondos de Reequilibrio Municipal (FRM) y mejorar la calidad de vida en las zonas más vulnerables de la ciudad. Una partida para la que este año el Consistorio madrileño ha asignado un presupuesto de 74 millones de euros.
La herramienta ha sido desarrollada en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) entre sus departamentos de Ciencias Política e Ingeniería Informática. Con ella se permite el establecimiento final de un ranking que encabezan los distritos y barrios más desfavorecidos. Para ello se tienen en cuenta distintos indicadores sociales y económicos como la tasa de empleo, tasa de dependencia, nivel educativo, esperanza de vida, estado de las infraestructuras, renta bruta per cápita…Partiendo de estos indicadores, se adopta la toma de decisiones a la hora de repartir el dinero del FRM conforme a las prioridades extraídas.
José Manuel Molina, uno de los responsables del Grupo de Inteligencia Artificial Aplicada de la UC3M, afirma que se trata de una poderosa herramienta para fusionar las opiniones de numerosas personas basándose en una “una tecnología que ya es conocida, que es el análisis jerárquico, pero la hemos aplicado a un entorno al que habitualmente no se suele aplicar, que son las decisiones políticas”. Su aplicación es escalable, ascendiendo desde los barrios hasta las autonomías o escala nacional.
En el caso de Madrid
El Ayuntamiento de Madrid ya anunciaba el pasado mes de mayo su aplicación como “herramienta de descentralización económica cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida en las zonas más vulnerables de Madrid”.
El proyecto de investigación, denominado “Diseño de nueva metodología de determinación del grado de desequilibrio de distritos y barrios y sus necesidades de reequilibrio y obtención de nuevo indicador sintético destinado a mejorar la dotación del Fondo de Reequilibrio Territorial”, ha permitido ya conocer cuáles son los barrios más desfavorecidos de la capital. Este índice de vulnerabilidad ordena los 128 barrios de mayor a menor por su necesidad de reequilibrio. En la parte alta de este ranking (los que requieren actuaciones más urgentes) aparecen barrios como San Diego y Entrevías (Puente de Vallecas) o San Cristóbal y San Andrés (Villaverde), mientras que en el otro extremo figuran barrios como El Plantío y Valdemarín (Moncloa-Aravaca), El Viso y Nueva España (Chamartín), Recoletos (Salamanca) o Jerónimos (Retiro).
No obstante, los resultados confirman también “la existencia de barrios en situación de vulnerabilidad dentro de algunos distritos que están muy bien posicionados en los indicadores económicos”, afirma otro de los investigadores, Rubén Sánchez Medero, del departamento de Ciencias Sociales de la UC3M. Este sería el caso del distrito de Salamanca donde, a pesar de tener una renta media superior a los 55.000 euros, hay barrios que necesitan intervención del FRT, como Guindalera. Algo similar a lo que ocurre con Adelfas, de Retiro.
Como factores que más inciden en esa vulnerabilidad destacan la tasa de desempleo y la falta de formación, teniendo en cuenta que esa fragilidad no puede achacarse al nivel de ingresos como única causante “pues se trata de un fenómeno de múltiples dimensiones”. Así, además del estatus socioeconómico, se consideran también factores como la población, actividad económica, desarrollo urbano de la zona o carencias asistenciales. Cada una de estas dimensiones contiene un número variable de indicadores y cada uno de ellos tiene un determinado “peso” en el resultado. Así, la categoría “población” explicaría el 14,2% de la vulnerabilidad total, la categoría “estatus socioeconómico” el 27,4%, “relación con la actividad económica” el 33,3%, “desarrollo urbano” el 17,6% y las “necesidades asistenciales” el 7,5%.