Gala Gil Amat cobró relativa notoriedad en España cuando su imagen apareció en un gran cartel en Time Square, aunque solo fuese por una hora. Ese es el gesto con el que la aceleradora Nasdaq recompensa cada año a los diez emprendedores que salen graduados de su programa Milestone Maker.
En dicha aceleradora logró entrar Gil Amat con su proyecto denominado Yellowfinch, la startup que fundó a los 21 años de edad tras pasar por las aulas de Stanford (California), donde germinó la idea de negocio.
El propósito de la startup era predecir el comportamiento de las estructuras de determinados edificios ante situaciones de catástrofe natural, como un terremoto o una fuerte tormenta de nieve. Para ello había que monitorizarlos con sensores de IoT y combinarlos con machine learning, para generar así un modelo predictivo de daños estructurales.
Ni la idea ni el equipo fundador eran malos, pero curiosamente, el proyecto que le otorgó su hora más memorable en pleno centro de Manhattan, no prosperó. La causa se la achaca Gil Amat a la dificultad para encontrar financiación que les permitiese pasar del MVP (Producto Mínimo Viable) a la fabricación del hardware. Era el primer tropiezo en una carrera que, hasta ese momento, había discurrido conforme al plan urdido.
Una trayectoria que arranca a los 18 años
Cuando el mundo del blogger empezaba a cobrar un peso relevante en internet, a Gala Gil se le ocurrió crear uno, pero añadiendo el video para hacerlo más atractivo. En su videoblog (transgalator) colgaba las entrevistas que hacía a través de videollamada a los que entonces eran sus ídolos, traductores e intérpretes de personajes famosos como el Papa, Obama o Cristiano Ronaldo. Al fin y al cabo su sueño entonces era convertirse en traductora para alguno de los organismos de la Unión Europea.
EL tema, que en principio puede parecer árido, acabó siendo una veta interesante para los 50.000 seguidores de todo el mundo que consiguió reunir en el videoblog.
Mientras tanto, Gil Amat descubría que el marketing digital podía ser una opción interesante, tanto para recibir ingresos como para ganar visibilidad. de manera que se afanó por adquirir conocimientos en esta disciplina y trabajar mucho su marca personal a través de sus distintos perfiles en redes sociales.
El segundo de carrera de traducción e interpretación, le llega su primera oferta laboral para promocionar una aplicación lingüística desarrollada por una multinacional. Asume el cargo con 150.000 usuarios y cuando sale lo deja con 10 millones.
El tercer año de carrera decide cursarlo en Polonia. Estando allí recibe otra nueva oferta de trabajo, esta vez de un empresario británico. Su función aquí era llevar el marketing y organizar eventos emprendedores por distintas ciudades europeas. Este fue el desencadenante de su interés por la tecnología y el mundo del emprendimiento.
A la cuna del conocimiento
La particularidad que dice tener Gala Gil que “cuando me intereso por aprender algo tengo que ir a la cuna”. Y claro, para el desarrollo de sus dos pasiones despertadas en ese momento solo había un destino: Silicon Valley.
Tras su paso por la meca del emprendimiento, estudiar allí Innovación y Tecnología, y finalizar su carrera de traductora, se traslada al que, en su opinión, es el hub de la innovación más activo de Europa, Londres. Aquí es donde tiene su residencia ahora y donde recibió otra oportunidad para volver a emprender, esta vez de la mano de su amigo y antiguo compañero, Mario Navarro, cofundador de la aceleradora Demium y ahora al frente de Triple
Triple es una startup constituida en 2020 por Mario Navarro e Ibai Iturricha a la que, poco después, se sumaría Gala Gil como accionista y como responsable de alianzas (Head of Partnerships) de la compañía. La startup ha desarrollado su propia tecnología para diseñar programas de recompensas y fidelización para aplicaciones bancarias y comercios. Persiguen así revolucionar el modelo de programas de fidelización y captación existentes en el mercado.
A través de una API, el marketplace de Triple conecta a los comercios -tanto off como ecommerce- que se van adhiriendo a la plataforma con las entidades financieras y ofrecen recompensas a los clientes usuarios. Es a loo que se refiere con sus programas de cashback donde un cliente paga con su tarjeta de crédito o débito y automáticamente genera saldo en sus marcas preferidas.
Pese a su breve trayectoria, la empresa cuenta ya con un equipo de 20 personas y alrededor un centenar de marcas adheridas a su plataforma, entre ellas grandes nombres de los sectores de la restauración, la moda, el ecommerce o instituciones monetarias como WiZink, Vivid y Goin.
Aquí, con los 26 años ya cumplidos, Gala Gil está al frente de las ventas y asociaciones de la empresa. Un entorno en el que se mueve como pez en el agua porque, como ella misma dice “soy especialmente hábil en abrir contactos nuevos para las ventas”. Aunque la empresa esté radicada en Londres, el mercado principal es España, por la alta penetración de la telefonía móvil, seguido de Alemania.
De su sueño de traductora, apenas se acuerda. El objetivo ahora es seguir al lado de Navarro, al que define como “uno de los emprendedores más brillantes” y ayudarle a avanzar con el proyecto.