La pasión por la filosofía unió a Gonzalo Mendoza y a Jorge Úbeda para poner en marcha en Madrid un proyecto muy interesante: una escuela de filosofía. Mendoza trabajaba en proyectos empresariales propios y asistía a clases de filosofía en la Universidad Pontificia Comillas; Úbeda impartía clases de filosofía y religión en un colegio y estaba acabando el doctorado en filosofía. Ambos defendían la idea de que el lenguaje y la forma en que la filosofía proporciona herramientas para la vida cotidiana pudieran llegar a muchas personas. “Al venir del mundo empresarial, había observado que en muchas ocasiones la gente no se paraba a recapacitar sobre qué estaba haciendo, sobre si las órdenes cumplidas eran las correctas, etc. Y vimos que la filosofía es el lenguaje que le hace falta al mundo y la escuela, un lugar donde poder detenerse, salir de la espiral de estrés y trabajo y desconectar, para hablar tanto de los temas que llevan preocupando al ser humano desde hace años como de los más actuales”, recuerda Mendoza.
La escuela ofrece cursos de formación en filosofía para adultos. “Nuestra principal innovación es el producto en sí, ya que no existe en Madrid –ni en Europa– una escuela de formación filosófica como la nuestra. Ofrecemos cursos anuales de filosofía que recorren toda la historia del pensamiento filosófico así como otros de duración más reducida”, continúa.