Con tan sólo 27 años Graham Bosher puede presumir de ser un emprendedor de éxito. Hace tres años montó junto a seis amigos Graze, la única compañía que reparte a través del correo ordinario cajas de tentempiés saludables (fruta, frutos secos, semillas, crakers…), todos ellos orgánicos, sin colorantes ni aditivos, a más de 80.000 clientes cada mes.
“Queríamos ser la primera compañía que enviara comida por correo. Sabíamos que el mercado británico de comidas en la oficina mueve 21 millones de euros anuales y que como media cada trabajador se gasta cinco euros al día en comer. Teniendo en cuenta que cada vez la gente está más concienciada sobre la importancia de seguir una dieta saludable, vimos un claro potencial para nuestro producto”, afirma Bosher, actual director de la empresa. Y no sólo fue un exhaustivo estudio del mercado en lo que se apoyaron, sino también en sus experiencia empresariales, demostrando que adaptar un modelo de negocio ya existente puede funcionar mejor que crear uno. “Tenía mucha experiencia con el correo, ya que también fundé LoveFILM (alquiler de películas). Por si fuera poco, trabajando en un hangar, en un lugar inhóspito, te das cuenta de lo difícil que es comer bien”.
Para empezar, este grupo de emprendedores invirtió fondos personales, “y ahora hemos asegurado otros 2,2 millones de euros. Y, si seguimos así, dentro de poco alcanzaremos los 2,8 millones de ingresos”, asegura.
La verdad es que el funcionamiento de Graze no puede ser más sencillo. El cliente elige en la página web qué tipo de caja le gustaría recibir y con qué periodicidad. Una vez que ésta le llega, se le cobra de su cuenta tres euros (menos de lo que cuesta el servicio de envío de cualquier supermercado). El contenido aguanta en buen estado varios días, de manera que sirve para picar o complementar más de un almuerzo en la oficina; además, si se necesita cancelar la orden no resulta complicado y no implica ningún cargo extra.
Sistema sencillo y eficaz
Para promocionarse, esta compañía ha optado por utilizar las recomendaciones de sus propios clientes. “ Nuestras cajas son inusuales y llaman la atención, de manera que cuando un compañero la ve siempre pregunta de qué se trata”, explica Bosher. Para aprovecharse de esto, ofrecen descuentos o reducciones en el primer envío a aquellos clientes que recomienden sus productos. “La verdad es que la única inversión que hemos realizado en publicidad ha sido en un programa de márketing afiliado, que ha sido una manera rápida de lograr tráfico en nuestra página web”, concluye este emprendedor.