Pese a que ya hay 45 parques de estos en nueve países europeos y a que se han presentado muchos proyectos de parques en nuestro país, los gobiernos españoles han optado, de momento, por aplazar cualquier decisión con la excusa de que “hay campo para crecer en tierra” o de que “las aguas costeras españolas son muy profundas“. Esta falta de planes para el desarrollo de la eólica marina han provocado que en la asociación del sector digan que “nuestra industria ha estado condenada a mirar de lejos los desarrollos de parques eólicos en el Mar del Norte”. A falta de proyectos de demostración aquí, Gamesa, cuarto productor del mundo con el 8% de cuota mundial, se ha distraído con esta tecnología. Un error.
Una estrategia necesaria
El paso de la eólica terrestre a la marina no es fácil: esta utiliza aerogeneradores de altísima potencia en parques diez veces más grandes e instalados sobre profundidades de 40 o 60 metros, que deben resistir la corrosión marina, la inestabilidad de las aguas y ser conectados a tierra. Todo ello explica que Gamesa no mostrara mucho interés por la eólica marina en el 2009. Sin embargo, tras ganar Iberdrola contratos para la implantación de parques eólicos offshore en el Reino Unido, Gamesa (participada por la eléctrica) rectificaba esa actuación e iniciaba una implantación en el sector, que ha pasado por la asociación con empresas como Northrop Grummanr. Habrá que esperar a finales del 2013 para que el primer aerogenerador marino de Gamesa se instale en Gran Canaria, un prototipo de los que se implantarán en Reino Unido. Esto, cuando Vestas, Siemens o Areva están vendiendo decenas de aerogeneradores al año y Alemania tiene ya tres fabricantes y un importante cluster. Habrá que ver si el cambio estratégico de Gamesa beneficia a España.
Datos destacados
Implantación: Existen en Europa 45 parques en funcionamiento.
Inversiones: Gamesa invertirá 150 millones en Reino Unido.