Cada vez se demandan más estudios de consumidores. Empresas de todos los tamaños que antes no se lo planteaban, comienzan ahora a encargarlos”, explica Aurora Irigoyen, experta en tests de consumidores. “Y, dentro de estos estudios, se están poniendo de moda los tests que pueden hacer los consumidores en su propio domicilio (denominados home test)”, continúa Irigoyen. ¿Por qué? “Para replicar al máximo las condiciones reales de consumo de los productos”. El problema es que en casa es difícil obtener una respuesta 100% fiable. Y ahí es donde entraría la idea de negocio que te proponemos a continuación: una empresa que ponga a disposición de los departamento de márketing de todo tipo de empresas escenarios a medida que reproduzcan momentos de consumo reales. La empresa se ocuparía de buscar los espacios, los decorados y de gestionar la búsqueda de consumidores-cobaya. También se ofrecería un local y la posibilidad de acondicionarlo para adaptarlo a sus necesidades.
Recrear el consumo. Desde recrear el atrezzo de un local real, hasta organizar tasting rooms específicas para llevar a cabo pruebas de aceptación, preferencia y consumo, recreando las situaciones de consumo. Piensa sólo en las posibilidades de recrear un restaurante para el sector de la alimentación, o de montar tiendas…
Más posibilidades. Este negocio podría plantearse también de otra manera: podrías montar también una empresa que se encargara de buscar y contratar locales reales para reproducir situaciones de consumo. Podría ser una nueva línea de negocio para una empresa de organización de eventos…
Estudio de mercado
Dar salida a locales vacíos. La premisa de la idea es sencilla: aprovechar la caída en los precios de oficinas y locales, dada la tasa de desocupación de estos espacios.
Se trataría de desarrollar una red de locales de prueba alquilados en distintas provincias. Sólo el stock actual de Madrid es de 10.840.000 metros cuadrados, según un informe de la consultora Cushman & Wakefield.
Este negocio debería plantearse con locales de más 100 metros cuadrados, precisamente para los que más oferta desocupada hay, para poder convertirse durante horas o días en bar, o restaurante, o en una ajetreada tienda de ropa.