Todo comenzó cuando los ingenieros civiles Expedito Eloel Arena y Altino Cristofoletti decidieron montar un negocio que ofertara alquiler de maquinaria de construcción y materiales de obra a pequeñas compañías y consumidores particulares. “La idea llegó por la dificultad de encontrar este tipo de servicio en pequeñas poblaciones rurales de Brasil, así como por la inflación que sufrían los núcleos pequeños de población”, explica Eloel.
Poco a poco, el negocio fue creciendo hasta que decidieron optar por un modelo franquiciado que permitiera beneficiarse de sus servicios a muchas más poblaciones rurales. “Casa do Constructor cuenta con 100 franquicias abiertas en 17 estados diferentes”, cuenta. Para iniciar el negocio, necesitaron una inversión de 150.000 euros y acabaron el año pasado con unos ingresos de 30 millones de euros. Casa do Constructor asegura que el 30% de sus clientes acude a ellos por recomendación y que el 70% vuelve a utilizar sus servicios una vez que los han probado.
