Puede parecer sencillo ‘conectar’ preguntas con respuestas, pero su desarrollo no lo ha sido. “Hacíamos consultoría de transformación para una empresa de retail, que tenía una serie de problemas como la rotación de personal (como la mayoría de empresas del sector), rotación de conocimiento y dispersión geográfica. Tenían que conseguir que los que venden el producto supieran lo que tenían que vender, con el problema añadido de la gran rotación de personal y productos. Esa empresa se enfrentaba a un gran reto y lo suplía dando a sus equipos formación presencial, pero si tienes una rotación del 300%, qué más da que des una formación al año. La empresa en cuestión también nos había contratado nuestra área de ‘universidades virtuales’, una solución de formación que sólo la utilizaba entre el 10 y el 30% de sus empleados, porque a la gente, después de su jornada laboral, lo que menos le apetecía era llegar a casa y ‘estudiar’ conocimiento de producto”, subraya Daniel Suárez, uno de los fundadores de Zapiens, que forma parte de nuestra tercera ‘Lista Emprendedores’, con las startups españolas más innovadoras.
En este contexto, la formación presencial u online se quedaba obsoleta en poco tiempo, “porque las empresas necesitan contenidos inmediatos, es decir, mañana sale al mercado un nuevo producto y los comerciales deben saber en qué consiste”.
Hicieron un ‘experimento’ “que consistió en reunir a todos los jefes de tienda, darles post-it y pedirles que apuntaran 5 cosas que no sabían y otras 5 que sí sabían ellos, pero no otros compañeros relacionadas con su actividad. En una sesión nos salieron 400 preguntas. Hicimos dos sesiones más y salieron cerca de 2.000. Las analizamos y el 80% de las preguntas eran de producto. Vimos que ahí había oro puro. Y pensamos en cambiar los post-it por una aplicación donde la gente hiciera preguntas y obtuviera respuestas”, señala Suárez, que sostiene que, en general, “cuando alguien tiene una duda, la busca en Google, pero las empresas son islas cerradas donde el CRM no está conectado con determinadas herramientas o el ERP solo funciona cuando… o que cuando alguien tiene una duda pregunta al compañero, que es lo que hace la mayoría, y le da igual que la respuesta sea buena o mala, porque no lo sabe”.
Eso fue hace dos años. Y los creadores de Zapiens quisieron ir más allá del entrenamiento móvil para empresas. “Nuestro reto era conseguir que si una persona planteaba una pregunta tuviera de inmediato la respuesta, porque la gente no quiere ir al gimnasio, la gente quiere tener abdominales; la gente no quiere estudiar, quiere aprobar los exámenes. Y vimos que la gente, en general, no quiere formarse, sino tener las respuestas. Y nos pusimos a trabajar en desarrollar un buscador para empresas, un cerebro corporativo, una inteligencia colectiva…”.
Y así fue como nació su robot Zap, que combina machine learning, inteligencia artificial e interpretación natural del lenguaje. “El robot permite entrenarse y además plantear preguntas y responder a preguntas de compañeros. Haces una pregunta y el robot la analiza. Si ya tiene la respuesta, se la da, y si no la tiene, se la manda al compañero que él predice que sabe la respuesta. El robot se retroalimenta y aprende con la formación que reciben los empleados y sabe quién sabe qué. El robot se va haciendo cada vez más listo. Todos los empleados de la empresa entrenan al robot y éste aprende con las respuestas. Al principio, hace muchas preguntas para formarse y, poco a poco, se va haciendo cada vez más inteligente”.
Este desarrollo ‘explotó’ el año pasado. “Ya tenemos grandes clientes como Vodafone, Santander, Telefónica, Siemens, NH… Éramos 9 y ahora somos más de 25. El reto es gigante. Es un monstruo lo que tenemos por delante. El robot empieza a ser inteligente. Ahora le cuesta ‘decir’ no lo sé. El robot tiene tanto potencial, que, para no ‘perdernos’, nos queremos centrar en producto y hemos cerrado acuerdos con empresas españolas, también en Latinoamérica, EEUU, Alemania, Reino Unido… para que vendan nuestro producto”, afirma Suárez.
Empezaron con empresas y ahora están cerrando acuerdos también con universidades, “porque para nosotros son organizaciones. Saldremos ‘en abierto’ y gratuito para las universidades públicas, porque es una forma de tender puentes. Nuestra misión es conectar personas con conocimiento, es decir, preguntas con respuestas. Por ejemplo, es muy bueno para generar ecosistemas de innovación abierta en universidades. Nos convertimos en un canal de conexiones”.
Y todo esto lo han hecho paso a paso, siguiendo un orden jerárquico en las prioridades de Zapiens. “Nos financiamos inicialmente con recursos propios. Siempre hemos dicho que lo primero son los clientes; después, los bancos y, en tercer lugar, los inversores. Y hemos seguido ese orden. Hemos dado acceso a inversores, entre ellos, Enrique Penichet, de Bbooster. Buscábamos smartmoney de verdad, inversores que entendiera lo que estamos haciendo, porque dinero sobra en el mercado. Los fundadores mantenemos casi el 90 por ciento de la compañía (88%). Cuando el año pasado me fui a EEUU vi a unos cuantos emprendedores españoles que llegaban allí con la empresa que casi no era suya y los fondos americanos les decían que ya no podían invertir en ellas. El reto de este año es encontrar los compañeros de viaje adecuados en ese sentido. Ya hemos recibido ofertas de compra de la compañía, pero no queremos porque queremos trabajar para ser la primera española SaaS del mundo y ese es un viaje muy bonito”.
Para ello, abrirán en Miami, para tener conexión directa con el mercado latinoamericano. “Trabajamos para captar una ronda pre-serie A de 1 millón de euros, que nos permita aumentar el equipo y preparar la compañía para una serie A en 2019. Nuestro objetivo es montar y consolidar para no tener que dar pasos hacia atrás”.