Cuando me instalé en Líbano hace 10 años, observé que no existía el concepto ‘contemporáneo’ en las líneas de muebles árabes y pensé en la oportunidad de crear una marca de élite de diseño libanés exportable mundialmente”, explica Nada Debs, que fundó la empresa que lleva su nombre en 2000.
Durante el estudio de mercado se encontró con la tradicional técnica artesanal del uso del nácar, “entonces lo vi claro, había que adaptarlo a los tiempos modernos. Para ello, me ayudé de mis propias experiencias –Debs creció en diferentes países– y para lograr el diseño que quería mezclé el minimalismo de Japón, donde pasé mi infancia; la funcionalidad de la filosofía estadounidense, donde estudié diseño; el aprecio por la artesanía británica, donde empecé a trabajar, y el ornamentalismo de la cultura árabe, donde tengo mis raíces”, recuerda.
Para crear el primer prototipo, un taburete flotante, Debs invirtió menos de 1.000 euros y, “a partir de entonces, he ido creciendo orgánicamente, reinvirtiendo los beneficios obtenidos que superarán los 10 millones de euros en 2015”.
Las piezas de su colección son creados por un grupo de 150 artistas libaneses y los clientes encajan dentro de un perfil de persona moderna con cierta nostalgia por su identidad árabe: “La edad de nuestros clientes va desde los 20 a los 70 años. Y me encanta ofrecer a las generaciones mayores el resurgimiento de sus muebles tradicionales”, añade Debs, que ha diseñado piezas para algunas monarquías de Oriente Próximo.
Debs no ha hecho ningún marketing activo, pero se han escrito artículos sobre su actividad en más de 120 revistas (VOGUE, New York Times, Wall Street Journal…). “Trabajé duro para difundir el mensaje de que nuestros muebles están hechos en el mundo árabe y nuestra capacidad de crear líneas de diseño contemporáneas”.