En octubre ha entrado en vigor la Ley sobre el acceso a las profesiones de abogado y procurador de los tribunales. ¿Y? Y todos los licenciados o graduados en Derecho que obtengan su título universitario después del 31 de octubre de 2011 si desean ejercer su profesión, deberán conseguir, además, de su licenciatura, el correspondiente título profesional de abogado o de procurador de los tribunales. Ahhhh. Por un lado, se va a necesitar formación para acceder a los exámenes –se han puesto ya en marcha escuelas de práctica jurídica, es cierto, pero habrá que dar servicio a todas las provincias– y, por otro, se va a encarecer la contratación de nuevos profesionales para ocuparse de tareas de bajo perfil, con lo que la externalización va a resultar una opción viable. Afectará, sobre todo, a despachos medianos. Expertos del sector aseguran que los profesionales junior resultarán más caros a partir de ahora, frente a los licenciados antes del 31 de octubre. Y si se van a ocupar de tareas de bajo perfil, ¿qué le va a interesar más a un despacho?
Abroading: Una extensión de los despachos.
Al contundente argumento de ahorro de costes con garantía de calidad, se suma ahora el nuevo escenario de contratación de nuevos profesionales. Éste es un ejemplo de empresa que sale al mercado en el momento adecuado en el sector adecuado. Abroading es una joven empresa barcelonesa dedicada a la externalización legal. “Prestamos servicios de gran volumen y bajo perfil legal que tradicionalmente ejecutan abogados altamente remunerados, a un coste más eficiente”, explican Irma Cebrián y Silvia Perea, sus fundadoras. “También servimos como apoyo a puntas de trabajo o colaboraciones permanentes con los departamentos jurídicos de empresas y despachos de abogados”, añaden.
“Nos encargamos de las tareas legales que por volumen y bajo perfil legal pueden ser externalizadas para mejorar la eficiencia de nuestros clientes y reducir sus costes, tales como la revisión y redacción contractual, procesos de revisión y due diligence, investigación legal o apoyo en litigios y transacciones”, apuntan.
Con experiencia en un bufete de primera línea, “nos dimos cuenta de que algunas tareas repetitivas que ocupan gran volumen de trabajo y tiempo para abogados altamente remunerados en los despachos legales podrían ser externalizadas”.
“Investigamos el mercado, y vimos que existían empresas de externalización de servicios legales en Estados Unidos y Reino Unido, mediante la ejecución offshore en países como la India, con bajo coste salarial, y profesionales con alta formación”, comentan.