En 2003 era gerente del servicio a residencias de una farmacia. Había detectado una carencia: los procesos eran manuales y generaban picos de trabajo insostenibles, errores humanos o exceso de tiempo dedicado a cada tarea. “La forma de crecer y poder dar un servicio más profesional y a la vez posicionarme sobre mis competidores era tener un software que soportara el modelo de negocio”.
Con esa idea, en 2005, Pablo de Vargas se pone a trabajar en el desarrollo de una aplicación que pudiera vender después a las farmacias para la gestión de sus procesos. En junio de 2006 crea la empresa ResiPharma y su aplicación de software de entorno web, “que permite lanzar pedidos automáticos o manuales en formato electrónico, hacer un seguimiento de cada pedido, recibir incidencias o alertas generadas por el farmacéutico, facilitar la gestión de recetas pendientes o agilizar el proceso de facturación y liquidación”. Además, ResiPharma ofrece servicios de márketing a través de la gestión de contenidos multimedia con la idea de que los clientes cuenten con su propio canal promocional de TV. De Vargas, que ha contado con recursos propios y un préstamo ICO, busca inversores para sus desarrollos.