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22 Mar, 2023

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Sólo una probabilidad entre mil millones de que el producto falle. Una probabilidad entre mil millones de que falle software crítico en un avión, una probabilidad entre mil millones de que falle la señalética de las vías de tren, una probabilida entre mil millones de que falle el software de control de una central nuclear, de una central eléctrica… Tienes que tener mucha seguridad en tu trabajo para garantizar todo esto. Ahora si eres capaz, como el equipo de la ingeniería aeronáutica navarra Orbital Aeroespace, especializada en el desarrollo, verificación y validación de sistemas, bancos de ensayo y software crítico embarcado, que trabaja, entre otros, para Airbus, tienes entre manos todo un nicho de mercado. Son capaces de garantizar esa probabilidad en software crítico para el funcionamiento de un avión.

Pero la clave del negocio está en el quién y en el cómo, más que en el qué. “A la hora de encargar un proyecto, no es lo mismo que ese proyecto te lo haga un ingeniero senior junto con tres junior que te lo hagan tres ingenieros senior. Al final repercute en costes y en calidad para la empresa. Puedes tener el mismo trabajo hecho en la mitad de tiempo. Puede que el precio inicial sea más caro, pero se tiene la tranquilidad de que, al final, el trabajo va a salir. Ni llega a salir cuando la gente no es experta. El cliente tenía el problema de que tenía muy pocas empresas en el sector aeronáutico entre las que elegir y la calidad cuando hay un monopolio en un sector, baja mucho.”, argumenta Ascen Cruchaga, co–fundadora de este negocio junto a Jorge Robles.

Y, para variar, este concepto, se entendió primero fuera de España, en Alemania, antes que en nuestro país. “Arrancamos exportando”, resume Cruchaga. “Nuestra estrategia fue: vamos a centrarnos en Alemania primero, que resulta que es donde más se paga, donde más se valora la calidad de los proyectos, y donde más falta hay de ingenierías, y ahí nos hicimos un nombre. A partir de ahí ya nos fijamos otra vez en España. Y hablo de internacionalización, con todas las consecuencias de montar una empresa el día uno y al día dos, internacionalizarla. Cuando todavía no sabes cómo se hacen los trámites en España tienes que aprender cómo se hacen los trámites en otro país. Es un cambio bastante fuerte. Ahora ya lo hemos equilibrado y exportamos el 80%”, explica.

“Y ahora como ya nos hemos internacionalizado, estamos diversificando. Al final, el software para testar un ala de un avión es el mismo banco para testar una pala de un aerogenerador. Es más sencillo, pero es el mismo modelo. Desde la aeronáutica, donde está muy avanzado el software de bancos de ensayo, se puede dar el salto a energías renovables. Incluso a software crítico en otros sectores. Ahora en trenes hay normativas nuevas. Se está cambiando la señalización, por ejemplo. Están haciendo que sea crítica. En trenes no existe esa tecnología. Si eres capaz de exportar esa tecnología es directamente aplicable”, apunta Jorge Robles. “Por cierto, ya hemos comenzado a desarrollarla”, añade.

Cruchaga continúa: “Piensa también el software de control de un aparato médico. Piensa que te tienen que radiar. El software de control de ese aparato no te puede fallar nunca. Puede que te radie en lugar del pulmón, el corazón. Hay muchos sitios donde el software no te puede fallar”. “Ojo, porque hay vidas humanas en juego o por temas simplemente económicos. Una central hidroeléctrica. Imagina que por un problema, 50.000 personas se quedan sin energía…”, matiza Robles.