O la típica bolsa negra muy funcional pero muy poco formal que se ve a kilómetros que llevas 600 euros en material fotográfico (tirando por lo bajo) u otras con unos precios desorbitados. Antonio Bernal es aficionado a la fotografía y quería algo distinto para su equipo, pero se encontró con que no es tan fácil salirse de lo estándar en este terreno.
“Quería algo diferente que protegiera el material pero que se saliera de la estética habitual en estos bolsos. Algo discreto, con buen diseño y que no fuera tan evidente para que no atrajera a los ladrones”, explica este licenciado en ADE y MBA por la Universidad Carlos III. Aunque parece que no es mucho pedir, cualquier aficionado a la fotografía que haya buscado una bolsa diferente sabe que es una tarea complicada.
Así que se puso manos a la obra junto con un equipo de diseñadores para crear un bolso que cumpliera con sus expectativas. Bernal reconoce que una cosa es el planteamiento inicial en el papel y otra llegar al producto final, que les ha costado 11 meses de desarrollo y pruebas con fotógrafos aficionados y profesionales hasta dar con el producto deseado, cuidado hasta el último detalle (compartimentos adaptables, absorción de impactos, materiales impermeables…). Todo ello con una inversión inicial propia y una campaña de crowdfunding.
Disponen de dos modelos iguales en materiales pero distintos en tamaño que se pueden comprar a través de su página web (por 89 y por 178 euros), aunque a partir de agosto empezarán a venderlas en algunas tiendas físicas.