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27 Mar, 2023

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Otra oportunidad a la segunda mano

Tarifas planas, envíos mensuales, intercambio entre usuarios con comisión... Están surgiendo nuevos modelos en torno al intercambio de ropa de segunda mano infantil.

Tenemos una niña de 11 meses. En el día a día, hemos visto los problemas que nos surgían. Cada dos meses hay que coger toda la ropa que tienes y cambiarla y si encima, entremedias, te pilla el cambio de temporada, te dura menos todavía. Organizando, te das cuenta de que hay ropa que ni siquiera has estrenado. Me puse a buscar en Internet a quién le podría valer la ropa, con idea de regalarla. También vi que no había nada, quitando ONGs. Y encontré un artículo en la edición online de la revista Emprendedores que hablaba de un negocio en Estados Unidos [Thredup.com]…”. Cuando nos llegó este correo electrónico de Anabel Manzaneque, la emprendedora que está detrás de la tienda online Celiacastro.com, nuestro ego se puso a dar botes. Luego, afortundamente, se nos pasó la tontería y aprovechamos para echar un vistazo a las startups españolas que están surgiendo en torno a los productos de segunda mano infantil y, además de la propuesta de Manzaneque, nos encontramos con Grownies.com y Creciclando.com, que plantean el intercambio de ropa a traves de plataformas online: la primera con una tarifa plana mensual de 15,95 euros y la segunda, a través de un sistema de puntos y el pago de dos euros, más gastos de envío.

Celiacastro.com

Alquiler de ropa de arras a estrenar para niños

Siempre insistimos en la importancia de adaptar una idea de negocio al mercado español y de sofisticar el modelo de negocio, que a veces pasa por encontrar un nicho en el que los consumidores estén dispuestos a pagar por el producto que vendes. “Estudiamos el mercado: qué había y qué se pedía. Sí encontramos accesorios, pero no ropa.

Empezamos a ver dónde se enfocaban otros países, como EE UU o Alemania: nos encontramos con partidas mensuales con un precio que se iba renovando. El problema está en que en España la idea de alquiler no es la misma que en esos países”, explica Anabel Manzaneque.

“Ellos lo enfocaban a ropa de diario, y aquí tenemos marcas que ofrecen ropa de diario muy barata contra las que no íbamos a poder competir. Así que decidimos enfocarnos a la prendas que no tienen las marcas: ropa de vestir, de alta gama: ropa de arras, ropa que resulta cara y que se utiliza poco: dos o tres horas para una ceremonia. Nos enfocamos a ceremonias o a celebraciones que no cubren las marcas baratas y que si te vas a una boutique, que sí lo tienen, te sale muy caro”, matiza Manzaneque.