Y quien dice ropa, dice zapatos, maletas, tarteras, balones de fútbol o incluso a los propios niños con una pulsera. Para que no pierdan nada, ni se pierdan ellos. Todo esto fue idea de dos madres que veían como las etiquetas con las que marcaban la ropa de sus hijos se terminaban despegando al lavarla o incluso las tintas más permanentes se desvanecían.
Por eso María José Rivas y Stephanie Marko decidieron buscar una alternativa a lo existente en el mercado. El producto estaba ahí, pero el reto era mejorarlo, ya que sólo teniendo el mejor producto conseguirían que otras madres lo recomendaran. Invirtieron 30.000 euros entre las dos y empezaron a probar con diferentes materiales hasta encontrar un vinilo para pegatinas y un tejido que se adhiere a otros al aplicarle calor con una plancha. Su idea era que estas etiquetas fueran personalizables a través de su web con el nombre y el teléfono del niño, el color que eligieran e incluso algunas ilustraciones.
Su segundo reto, además de la calidad de las etiquetas, era conseguir una página web bien diseñada y sencilla de usar, con un método de pagos lo más simple posible. Fue donde más invirtieron y eso les valió el premio Ecommretail 2011 a la web con mejor diseño y usabilidad.
Venden la mayor parte de sus productos (desde 6,95 euros dependiendo del número que se encargue) en España, aunque también han recibido encargos desde otros países europeos e incluso desde Estados Unidos y algunos países de Latinoamérica. A corto plazo su intención es no perder de vista la internacionalización e introducirse en el mercado offline, en tiendas enfocadas a niños como librerías o de ropa infantil.
