Es difícil presentar a esta empresa poliédrica, así que haz la siguiente prueba: teclea en Google las palabras burn station. Te vas a encontrar con 18 millones de resultados. Céntrate ahora sólo en las primeras 20 páginas de Google de esos 18 millones de resultados: todas ellas hacen referencia a un sistema de distribución y autopromoción de música con copyleft (una licencia que garantiza los derechos de autor en Internet). Resulta que los padres de ese sistema son los fundadores de Platoniq, una pequeña empresa de Barcelona ideada en Berlín hace una década. Si sabes algo de SEO, te harás una idea de la importancia que tiene esta empresa…
“Nuestro software, se expandió por Europa, Latinoamérica y Asia, y sirvió para promocionar a toda una nueva generación de músicos y productores… además de a nosotros. Fuimos pioneros a nivel mundial con este sistema y ganamos una reputación que aún nos avala”, explica Susana Noguero, una de las fundadoras de este negocio que aplica las TIC a la organización de eventos, la difusión de contenidos digitales, la educación, la participación ciudadana y a la creación de escenarios que impulsan el emprendimiento.
Ahora acaban de desarrollar un tablón de anuncios audiovisuales, al que han bautizado como S.O.S, que sirve para poner en contacto personas con intereses en común a través de vídeo anuncios y SMS (www.eseoese.info). ¿Una red social con sentido? “Estamos comprobando que puede ser muy útil en congresos y eventos como un nuevo sistema de entender la business card y el networking”, apunta Noguero.
¿Quiénes son sus clientes? “Por un lado, la Administración, fundaciones, ONG que quieren invertir en herramientas de uso público, participación ciudadana o formación. Por otro, empresas que aún no están al día de las TIC o que quieren abrir una línea de innovación o un departamento de I+D en colaboración con nosotros”.
¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA?
“Fuimos conscientes del potencial de producir herramientas para comunidades muy al principio del boom de las redes sociales; esa visión pionera nos ha dado mucha ventaja respecto a otros. No buscamos la idea de negocio. Vivíamos en Berlín a finales de los 90 y empezábamos a coquetear con la informática y el software libre, pero seguíamos relacionados con la cultura y sacamos nuestra primera plataforma en Internet, una herramienta para transmitir en directo eventos y proveer podcasts”, cuenta una de las fundadoras, Susana Noguero.