Entre los cuatro sumaban un capital de 18.000€. No sabían de moda, ni tenían nociones de internet, ni tampoco habían advertido la inversión en inmovilizado que requiere fabricar zapatillas. Pues eso, que arrojo y dinamismo tenían, pero que partían desde cero y en ello radica su gran habilidad, la de saber convertir las limitaciones en oportunidad de negocio.
La idea era crear una marca de zapatillas hechas en España a medio camino entre clásico y moderno y entre caro y barato. No obstante, los 18.000€ de recursos propios con los que partían no daban para mucho más que para encargar en Elche la fabricación de 350 pares. Qué salida mejor que introducir entonces el concepto de exclusividad en el producto y numerar la serie limitada de zapatillas. Y mientras éstas se fabricaban, ellos irían haciendo ruido en internet y las redes sociales. Antes de que estuvieran en el mercado ya tenían a 2.000 seguidores deseosos de verlas gracias al fenómeno “hype”.
Reconstrucción
Y en estas siguen. “Vendemos una exclusividad asociada a la escasez del producto, nunca al precio”, dicen. Reconocen también que son muchos los clientes que creen hallarse ante una empresa más grande de lo que realmente es. Nacho Vidri, Jaime Garrastazu , Cosme Bergareche y Jorge Vidri son los socios y fundadores de Pompeii, nombre que tomaron de una lección de Cultura Clásica en el aula que compartían en el Colegio Retamar de Madrid. Y si se inspiraron en la ciudad de Pompeya fue por identificarse con la reconstrucción dado que todos ellos, con una media de edad de 23 años, dejaron sus respectivas ocupaciones para unirse de nuevo en el proyecto empresarial abortado hacía dos años.
Crearon la empresa en mayo de 2014 y para airear sus diseños empezaron a recorrer pop-ups de toda España con la furgoneta de la madre de Nacho y Jorge. El objetivo era redirigir a los clientes a la tienda online que ellos mismos estaban diseñando, pero la experiencia valió también como prueba de que el producto gustaba mucho. Para cuando llegó diciembre de ese mismo año habían vendido 4.000 pares de zapatillas y facturado 150.000€.
60 “zapas” al día
Desde entonces no paran de crecer a buen ritmo. La media actual está en la venta de 60 pares de zapatillas diarias por internet al precio de 50-60€. El 10% de las unidades las compran en Italia, Alemania, Francia e Inglaterra. En cuanto a la facturación calculan que cerrarán el año con 500.000€.
Ya no todas las colecciones que lanzan corresponden a series numeradas pero siguen alimentando la táctica de “crear expectativa y fidelización de la marca a través de nuestras redes sociales”. Normal que así sea teniendo en cuenta que el 85% de las ventas les llegan a través de Instagram, donde cuentan con 24.000 seguidores.
Los han comparado con Hawkers, la marca de moda de gafas, y con El Ganso, ante cuyas menciones se le escapa a Jaime un ¡Ojalá! Aunque aboguen por su propio estilo y forma de hacer las cosas. De momento las coincidencias parecen mayores con los segundos habida de cuenta de que los planes para 2016 pasan por ampliar la oferta al textil con la posibilidad de abrir un pequeño punto de venta en Madrid, más para mostrar físicamente los productos que para sustituir el canal de ventas. Decir también, porque se sienten orgullosos de ello, que han duplicado la plantilla generando 4 puestos de trabajo.
Atrás quedan, sin añoranza, la prometedora carrera de Jaime Garrastazu en PriceWaterhouseCoopers y el suculento puesto de Nacho Vidri en un banco de inversión de Londres.