Lo habitual, cuando vas a un zoológico y pasas por la tienda de souvenirs, es tratar de salir con la mayor dignidad posible de ella, gastando en ese hermoso recuerdo que perdurará toda la vida (o hasta la semana que viene si tienes hijos de menos de dos años) menos de 15 euros. Más o menos lo que te planteas cuando vas a Ikea. Es, básicamente, una tienda a la que entras sin expectativas. ¿Vas al zoo de Londres? Te traes una cola de tigre de felpa por 5 libras. ¿Coges la idea, no?
Pues ahí va una vuelta de tuerca al sector de los souvenirs en parques zoológicos. A los responsables del zoo de Praga, se les ha ocurrido reutilizar las ¿deposiciones? de sus elefantes vendiéndolas como un souvenir para los aficionados a la jardinería en su tienda. Incluso le han buscado un nombre simpático: Bobek, que en checo significa “boñiga”.
Los tres elefantes del zoo fabrican a diario nada menos que 180 kilos de excrementos, así que hay materia prima para rato. Si analizas el volumen de boñiga y el punto de equilibrio te saldrán la cantidad que habría que introducir en cada tarro y a qué precio. Vamos que éste es un negocio de mierda, pero en el buen sentido. De momento el zoo vende tarros de kilo y medio a 70 coronas, unos tres euros al cambio. Para que te hagas una idea, los hogares españoles invierten alrededor de 1.217 millones de euros al año en productos de jardinería, un 25,5% para las plantas, según el periodísticamente socorrido Panel del Mercado de la Jardinería. Y esas plantas habrá que abonarlas con algo, ¿no ?
Menos caca y más precio y esto, querido lector, es negocio…
El mejor abono para marihuana del mercado
Y hablando de abonos… ¿cómo puede ser que un empresario serio, como el que está detrás de una cadena seria, de corbata y cuenta de resultados y acciones en Bolsa, se mete a vender uno de sus productos, abono para plantas, como el “mejor abono para cultivar marihuana medicinal”? Algo tiene que haber detrás. Jim Hagedorn, consejero delegado de Scotts Miracle–Gro, ha encontrado en el abono para la marihuana medicinal que se consume legalmente en más de dieciséis estados de Estados Unidos, todo un nicho de negocio. Y, ojo, venden en supermercados tan serios como ellos, Home Depot y Wal–Mart, nada de páginas web de inspiración jamaicana.
¿A través de grandes cadenas de distribución? Y por qué no. Según el Panel del Mercado de la Jardinería, realizado por Nielsen y cofinanciado por la Asociación Española de Centros de Jardinería, Iberflora y FEPEX, en España, “el canal de compra preferido por el consumidor es el garden center o vivero, que concentra 24% del gasto total de los hogares en jardinería, el 44% del gasto en la categoría plantas. El segundo canal de compra es el su hipermercado, con el 16% del gasto total en jardinería. Y el tercer canal de compra es la floristería tradicional, con el 30% del gasto en plantas”.
Suscripción de mini-huertos urbanos
¿Sabías –estamos seguros de que sí, pero hacemos la pregunta de todas formas– que en Japón hay empresas que alquilan perros y gatos para pasear los fines de semana? Pues bien, este negocio propone algo muy parecido con los huertos urbanos, sólo que totalmente diferente. Los huertos urbanos son una excelente idea, como los productos de kilómetro cero y la agricultura ecológica, el problema es la disponibilidad. Y en el caso de los huertos urbanos, el mantenimiento. A todo el mundo le parece una buena idea tener un huerto urbano en su edificio, pero a ver quién es el/la guapo/a que se encarga de mantenerlo. Pues bien, la respuesta estaba justo delante de nuestras narices: alquilarlos con un modelo de suscripción. Dices el tamaño, dices los ‘productos’, digo, plantas, que quieres y te lo envían todo en un huerto urbano portátil que ellos se encargan de mantener, reponer, cultivar y distribuir entre los vecinos.
Ahora es cuando dices tú; Bueno, para eso no hace falta tener un huerto urbano en la urbanización. Ya, te respondemos nosotros, pero entonces no puedes presumir en la oficina de tener un huerto urbano. Ah, y también de que consumes productos de metro cero, ni siquiera de kilómetro cero. Y eso, además de ser saludable, tiene un valor medido en reputación.
Small Hold es una startup de Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos, que propone mini-granjas basadas en jardines verticales, que ocupan poco espacio. Técnicamente la mini-granja puede estar o no estar en tu edificio. Nos explicamos. En función de la demanda (esto es un negocio) se deciden las ubicaciones de los mini-huertos. A más demanda, más mini-huertos y más posibilidades de que lo pongan en el techo de tu edificio (legislación mediante).