Nacido en Barcelona, Martín lleva tres años en Suiza, donde se fue a vivir después de que su novia, Bettina, de Saint Gallen, y a la que conoció en Barcelona en el 2003, se quedara embarazada. No se marchó ni por ganas de conocer mundo ni porque no tuviera empleo en España. Tras acabar sus estudios de diseño y modelismo industrial, este joven barcelonés, especializado en pintura de murales para restaurantes y otros establecimientos, estuvo unos años trabajando, primero en Art&xoc, y luego como freelance.
El factor local
A Martín no le costó mucho conseguir contratos para la empresa que montó hace unos dos años en Basilea, Renovart. Quizá se deba al hecho de haberse casado con una suiza lo que le permitió integrarse en el medio local, mientras cultivaba sus relaciones con la colonia española en el país, en la que hay bastantes empresarios, sobre todo dueños de restaurantes. “El primer cliente fue un restaurante, Divinum, propiedad de españoles”. Este joven barcelonés no oculta la importancia que tienen las redes de networking cuando estás fuera de tu país. Por eso montó con otros colegas una asociación de empresarios españoles de Basilea (www.aeae-usus.ch) en la que ejerce de secretario y que ahora quieren ampliar a toda Suiza. “La idea es conectarnos entre nosotros, compartir conocimientos y tener voz como colectivo. De momento somos 21 socios”.
Aunque su empresa está empezando y el propio Martín reconoce que “el éxito a tope aún está por llegar”, los resultados son cada día mejores, lo que se debe a que “existe poca competencia en este segmento, la pintura y decoración mural para establecimientos y locales públicos”. Martín, educado en un ambiente más laxo e informal como el español, se ha adaptado, según dice, sin problemas al entorno profesional helvético, más exigente. Reconoce que esto “es bueno para los negocios y los emprendedores. Aquí, en cuestiones de trabajo todo tiene que funcionar a la primera. Todos son especialistas en algo”.