Su conocimiento del entorno marino y de las terapias fitocosméticas orientales llevan a Olaya García –que ya había fundado en 2004 AguaMarina, una empresa de servicios náuticos– a desarrollar SeaSkin, una línea cosmética de lujo.
El proceso, hasta que ha visto la luz, ha sido largo. “Desde 2005 he estado trabajando en ello. Pensé que no era posible que en el mundo del lujo, donde me muevo, no existiera una marca de alta cosmética de calidad basada en principios activos naturales. Para ello, conté con un asesor químico y con la experiencia de mi madre, que lleva más de 30 años dedicada a la apiterapia. Sus consejos me sirvieron para introducir los valores de los principios activos naturales en el desarrollo de SeaSkin”, recuerda.
García, que ha invertido hasta la fecha unos 450.000 euros, la denomina como una línea unisex de biocosmética de uso diario, “tan cómoda en su aplicación como eficaz en sus resultados, pensada para todo tipo de pieles. Ha sido creada para cuidar dermatológicamente de quienes desarrollan su vida al aire libre, en la montaña o el mar”.