Mientras que Luke Baylis y James Miller trabajaban en EE UU perfeccionando sus conocimientos de informática, no pudieron obviar la gran cantidad de cadenas de comida rápida que existían y la no demasiado saludable actitud de los norteamericanos hacia la comida. “Cuando volvimos a nuestra Australia natal, la situación no era muy diferente. Y de ahí nació la idea de crear SumoSalad, una c adena de comida rápida saludable, que se expandiera con un modelo de franquicias”, nos cuentan estos emprendedores.
DINERO NECESARIO
Con una inversión de 154.000 euros, Baylis y Miller dieron el pistoletazo de salida a su aventura nutricional abriendo en 2003 el primer local en el centro de Sydney. Al poco tiempo, la cola de gente que esperaba fuera del establecimiento para preparar una sabrosa ensalada se convirtió en algo habitual, de manera que un año después abrieron su primera franquicia. Y a día de hoy cuentan con más de 70 establecimientos, no sólo en su país, sino también en Dubai, Reino Unido y Nueva Zelanda.
“A diferencia de nuestros competidores, no ofrecemos ensaladas preparadas, sino que el cliente crea la suya propia adaptándola a sus necesidades y gustos (con o sin sal, con o sin gluten, con carne o sin ella…), dice Baylis. Además, en SumoSalad también se pueden comprar sopas, bocadillos, sándwiches… Para consolidar una actitud saludable hacia la comida (y captar más clientes) han abierto su menú a alimentos orgánicos y ofrecen información sobre los valores nutricionales de los platos que conforman su menú.
SumoSalad es bien conocida en Australia por ser muy atrevida con su publicidad. Así, fue muy sonada su participación en manifestación contra la comida basura en la inauguración de un establecimiento de una importante cadena de donuts. Con una población, en la que el 65% sufre sobrepeso, no es de extrañar que cada vez más australianos opten por una alternativa saludable. Esta estrategia comercial reportará este año a SumoSalad unos 29 millones de euros de ingresos.