Sí, has leído bien. Los impulsores de MIIL (Musical Instruments Innovation Lab), que fabrican guitarras de fibra de carbono, utilizan una tecnología de análisis acústico y de vibraciones que se emplea en tecnología especial. “Es una tecnología que ha desarrollado una de las empresas incubadas por la Agencia Espacial Europea (ESA). Interferometría radar, que se utiliza para medir movimientos de infinidad de cosas. Por ejemplo, las vibraciones de los puentes cuando hay tormentas o los movimientos de tierra en minas. Se utiliza para muchas aplicaciones de medidas terrestres de gran precision”, explica David Vidal, director general de MIIL.
¿Que qué tiene que ver esto con las guitarras? “Nosotros utilizamos esta tecnología para hacer análisis de vibración de acústica de las superficies de vibración de las guitarras. Para afinar y ajustar las guitarras y hacer que suenen como nosotros queremos”, añade Vidal.
La idea de este proyecto es crear guitarras que no se desajusten como sucede con las fabricadas con madera. “Siempre he pensado que el mundo de las guitarras estaba muy poco evolucionado y que había muy poca innovación. Y que las guitarras tienen unos problemas muy básicos, debidos precisamente a la madera que es el material que se utiliza para construirlas. Los cambios de humedad y de temperatura provocan dilataciones y contracciones en la madera que hacen que cambie la geometría y el sonido de la guitarra. Es un problema que la gente que se dedica profesionalmente conoce en profundidad y que es bastante desagradable. Empecé a darle vueltas a ver cómo podía solucionar esto y al final vi que la solución más interesante era con materiales de fibra de carbon, porque es un material súper estable. Cuando haces un diseño y lo ajustas para que vibre de una manera y produzca un sonido concreto, no se desajusta. Incluso lo puedes mojar si quieres. Puedes tocar en la playa, puedes coger un avión e irte a 5.000 kilómetros, bajar del avión y ponerte a tocar y siempre está estable. Cosa que con la madera no sucede”, continua David Vidal.
El resultado de sus investigaciones son unas guitarras de fibra de carbono de gama alta orientadas a profesionales y amateurs de un cierto nivel ya que cuando estén en el mercado tendrán unos precios de 6.000 o 7.000 euros. “Las guitarras de madera del mismo nivel están entre 5.000 y 25.000 euros. En esa horquilla se mueven las guitarras de gama alta. Ya hemos hecho prototipos y pruebas, sabemos lo que queremos y hemos hecho esta ronda de financiación para hacer la producción en serie”.
Esa ronda de financiación son 160.310 euros obtenidos a través de la plataforma Crowdcube. Además, están negociando un préstamo Enisa de 170.000 euros y tienen previsto optar a subvenciones del Programa Neotec-CDTI y del H2020, de la Unión Europea.