Venga, reconócelo. Seguro que te ha pasado. Tú quieres ir a hacer submarinismo a Kahoolawe (Hawai) en febrero, pero al 99,9% de tus amigos no les gusta el submarinismo y el 0,01% que sí, resulta que no puede en las fechas que propones. Hasta ahora, lo más habitual era esperar a ese 0,01% (¿cuánto?, ¿un par de años?) o que te fueras solo. Beatriz Cardona, fundadora de Tripku, se ha propuesto darte una tercera opción.
“Empecé con mi estudio de mercado en Estados Unidos. Allí comprobé que el mayor problema para hacer viajes diferentes era conseguir un grupo. Tus amigos empiezan a tener hijos, no todos comparten las mismas actividades… Era un problema conseguir montar un grupo. Me volví a España para desarrollar el proyecto. Y puse en práctica el mismo método de preguntar al mercado, y me encontré con que en España la gente tiene ese problema, pero no está dispuesta a viajar con gente que no conoce. Así se nos ocurrió organizar grupos de viaje con una red social privada, bien con tus amigos o bien con amigos de amigos”, explica Cardona, fundadora de este proyecto que arranca en 2012 en España y Alemania y que pone en contacto a estos viajeros con pequeñas agencias de viaje boutique.
y, sí, tiene modelo de negocio
“Queremos que toda la oferta de viajes especializada disgregada por el mundo, muy atomizada, se una en una sola plataforma para que los usuarios puedan recibir múltiples ofertas de múltiples agencias alrededor del mundo”, apunta Cardona.
Y, sí, tiene modelo de negocio. “Cobramos una comisión de las agencias por viaje vendido y una comisión por el lead del primer contacto, cuando un grupo comienza a organizar un viaje y contacta con un experto”, desgrana esta emprendedora.
“El mercado de los viajes sociales está caliente. En 12 meses han salido varias startups [como Travelstormer.com] en Australia y Estados Unidos. En España, todavía no. Y son proyectos con inversiones de millones de dólares. Al ver que hay movimiento se confirma la oportunidad. Y que haya inversiones fuera creo que nos ayudará a levantar financiación”, concluye.
¿Cómo surgió la idea?
“No se me ocurrió una idea brillante. Fue un proceso de trabajo. En verano de 2010 viaje a San Francisco porque quería montar una startup, pero no tenía una idea. Y allí, Women 2.0, que impulsa la creación de empresas tecnológicas de mujeres, organizaba cursos para aprender a emprender al estilo del Valle”.