¿Por qué?
Los motivos son variados. Los expertos sostienen que muchas de esas app no aportan valor alguno o no han sabido transmitir realmente en qué pueden ayudar al usuario para que se la descargue y menos a pagar por ella. Otras, porque, sencillamente, nunca han sido actualizadas o cuando lo han hecho no han tenido en cuenta las propuestas de mejora de los usuarios que ya la han utilizado. En otras ocasiones, no se ha hecho una buena campaña de promoción o, directamente, no se ha promocionado.
Antes de lanzarte
Capeáns, de InQBarna, explica que, antes de desarrollar una app, hay que valorar varios aspectos: “Nosotros, por ejemplo, hacemos un brainstorming. El 95% de las ideas las desechamos. Comprobamos si hay competencia y qué y cómo lo hace. Luego trabajamos sobre el modelo de negocio y ahí es donde falla la mayoría. Es complicado encontrar la forma de ofrecer un contenido relevante para el usuario. Y es muy importante el marketing, que ayude a generar el impulso de compra”