Empezaron siendo una especie de marketplace donde conectar talento artístico profesional, especialmente actores, con productores de las artes escénicas y la industria audiovisual. Hoy son una especie de buscador que reúne miles de perfiles, profesionales y amateur, en busca de una oportunidad. “Nuestra misión es aumentar la visibilidad y las oportunidades de trabajo del talento artístico”, puede leerse en su página web.
Entiéndase aquí por talento artístico el de verdad, pero también cualquier destreza o atributo físico concretos que podrían ser útiles en una producción. De lo que se trata es de ofrecer un amplio abanico de posibilidades para facilitar a agencias de casting, representantes, productoras y particulares la localización de cualquier tipo de perfil que necesiten. En el otro lado, los particulares hallan una herramienta que les sirve para monetizar su físico y sus habilidades. Un miniestudio previo que hicieron en la calle, adelantó que cerca del 80% de los 100 entrevistados, estarían encantados de participar en algún spot publicitario o salir ‘de bulto’ en una serie o película.
Vibuk nació en el año 2013. La idea le vino a Jorge Martínez, productor y consejero delegado, durante una comida con unos amigos actores. “Vi como buscaban una casa en el idealista, aplicando filtros hasta dar con lo que querían, y me surgió la idea de hacer algo parecido para los actores. Hasta entonces, sólo se podía contactar con un 10%, aproximadamente, y a través de sus representantes”. Así que, inspirándose en ese modelo, desarrolló un marketplace donde se registraban las partes interesadas para publicar sus ofertas y demandas. Ellos, como operador intermediario, vigilaban las transacciones, las contrataciones, la facturación, los seguros…cobrando un porcentaje a éxito. La idea, enfocada originalmente a actores profesionales, gustó en el entorno. Al actor Antonio Resines le sedujo tanto que se animó a invertir en la startup convirtiéndose, en 2014, en socio y consejero de la empresa.
La plataforma no iba mal, pero tampoco crecía conforme a lo esperado. “Nos encontrábamos atascados-cuenta Jorge Martínez- con tanto trámite y papeleo no dábamos abasto. Habíamos tocado techo”. Asumieron que algo estaban haciendo mal y empezaron a introducir pequeños cambios a base de prueba y error. “Esto es como estar en la cuerda floja. Que das un paso en falso, pues reculas deprisa antes de caerte”. Se desentendieron de toda la tarea burocrática de la mediación y ampliaron el espectro de los usuarios creando una especie de buscador donde son las partes las que se ponen de acuerdo.
Darse se alta en el servicio es gratuito, tanto para los usuarios de la búsqueda como para los candidatos. La monetización la obtienen mediante cuentas Premium para profesionales de las dos partes, cobro por ganar visibilidad en la plataforma o publicidad. En la página se anuncian también cursos de formación online para actores en Vibuk Academy.
Internacionalización inmediata
El cambio de modelo de negocio no pudo ser más acertado. Los usuarios, que en enero de 2016 sumaban la cifra de 12.000, pasaron a ser, justo un año más tarde, 75.000. Un crecimiento de un 500% que confían sostener todo año, dado que las expectativas apuntan a cerrar 2017 con 350.000 usuarios. Otro dato que aportan para ilustrar la buena marcha de la compañía es que, en el último mes, se han convocado, a través de Vibuk, más de 200 casting en los que han participado cerca de 3.000 personas.
“Yo creo que ya estamos enfilados. Ahora podemos crecer con la misma estructura empresarial y sin movernos casi de la silla”, dice Jorge Martínez quien tiene previsto un viaje a México para la próxima semana. “Nos sorprendió que, sin hacer ruido apenas, se registrasen más de 4.000 mexicanos”. El dato les ha servido para acelerar y plantearse en serio el proceso de internacionalización, motivo por el que irán este año a una ronda de financiación para levantar entre medio y un millón de euros. La expansión será por el mercado Latinoamericano. El otro reto marcado es el lanzamiento, en el mes de abril, de una app nativa.