Después de tan sólo cuatro años viviendo en Inglaterra, Jack Ostrowski, de origen polaco, decidió montar su propia empresa en junio de 2006. “Lo hice porque sabía que la única manera de estar motivado para trabajar era tener mi propia empresa; además siempre me han dado mucha envidia gente como Richard Branson, capaces de marcar la diferencia y tener un impacto en todos nosotros”, explica este emprendedor.
Su idea de negocio fue la de exportar ropa y calzado de temporadas anteriores y algunas de segunda mano desde Inglaterra a 16 países, principalmente del centro y este de Europa. “Los comienzos fueron duros –dice Ostrowski–. Tenía dos hijos pequeños, una hipoteca, no era mi país…, pero lo conseguí invirtiendo absolutamente nada”, añade. Lo que hizo fue cerrar contratos en los que el cliente le pagaba previa entrega del producto, de manera que una vez que él recibía el dinero cerraba la compra de los productos en Inglaterra antes de exportarlos a los países destinatarios. “El hecho de que podamos comunicarnos en el idioma de los países en los que operamos, que utilicemos sus empresas de transporte y que prestamos especial atención a nuestras campañas de márketing ha marcado las grandes diferencias de Yellow Octopus”, añade.
En los tres años que lleva operando, su empresa ha sido galardonada con cuatro de los más prestigiosos premios otorgados a emprendedores británicos. En cuanto a ingresos tampoco le ha ido mal: el primer año tuvo 1,1 millones de euros; 3, el segundo; 3,3 millones, el tercero y espera terminar 2010 con 5,6.