Tiene nombre de cuento, Zapato feroz, y es que lo que menos perseguían sus fundadores era crear una empresa que hoy vende 200.000 pares de calzado al año y factura 6 millones de euros al año.
La idea surge del proyecto personal de un matrimonio empeñado en conciliar la actividad profesional con el cuidado de Roc, su hijo, aunque para ello Héctor Nebot y Laura García Perdomo tuviesen que sacrificar unos suculentos sueldos, como ingeniero de Telecomunicaciones, el primero, y como una de las diseñadoras de calzado más cotizadas en Europa, la segunda. Como tal, una de las cosas que más preocupaba a Laura García era conseguir unos zapatos que se adaptasen bien al pie de su hijo desde los primeros pasos, no a la inversa. No los encontró, así que se propuso crearlos ella misma.
Se puso manos a la obra hasta dar con un diseño de calzado infantil respetuoso con el pie, esto es: de puntera ancha, suela fina y flexible y tan ligero que el niño se siente como si fuera descalzo. Para cumplir con todas las expectativas del proyecto, faltaba ganar tiempo. Para ello tenían que conseguir que los modelos gustasen y que hubiese alguien dispuesto a comprarlos, no muchos, que tanto Laura como Héctor se conformaban con facturar la cantidad equivalente a un sueldo de entre 1.500 y 2.000 euros mensuales por cabeza que les diese para vivir en Paterna (Valencia).
“Nosotros no necesitamos mucho dinero para ser felices. Somos de los que apreciamos vivir y disfrutar con el niño, acompañarle al colegio, pasear con él por el monte…Tenemos esa filosofía de vida y, para conseguir eso, más que dinero hace falta tiempo, algo de lo que antes carecía porque me pasaba casi todo el año viajando”, dice Laura García.
El caso es que la diseñadora empezó a compartir el producto que había creado para su hijo con otras mamás y no tardó en empezar a recibir encargos. El primero en dejar el trabajo fue Nebot, quien se encargó de diseñar la web y articular el ecommerce que lanzaron en 2016. Algo más se lo pensaron con los 200.000 euros anuales que podía cobrar Laura como diseñadora, hasta que comprobaron que el negocio iba creciendo de forma orgánica, sin necesidad invertir un euro en publicidad ni hacer mucho ruido.
Aun así, no fue hasta 2019 cuando se animaron a ampliar la oferta y dar el salto al diseño y venta de calzado para adultos. Con ello, ese mismo año lograron alcanzar una facturación de 250.00 euros. No estaba mal, pero intuían que podían facturar mucho más. “Sabíamos mucho de calzado y muy poco de negocio”.
El discurso ‘mileurista’ que no convenció en Lanzadera
Con miras a suplir sus carencias como emprendedores, aplicaron para integrarse con Zapato Feroz en el programa de aceleración de Lanzadera. No movieron una coma de su discurso original. Qué necesidad había de escalar el proyecto; para qué tenían que crecer deprisa, a cuento de qué venía invertir en marketing online si nunca les había hecho falta, para qué y por qué tendrían que buscar financiación externa cuando con las propias ventas veían satisfechas sus expectativas…
Ni esta aparente falta de ambición ni la negativa de García y Nebot a dedicarse al negocio a tiempo completo, convencieron a los responsables de Lanzadera de la viabilidad del proyecto. Tuvieron que esperar a la segunda intentona, ya ambos fundadores a ‘full time’, para ser admitidos en mayo de 2022.
En 2020, Zapato Feroz pasó a facturar un millón de euros y, un año después, rondaron los 6 millones, un tema del que a Laura García no le gusta mucho hablar, no porque quiera ocultar nada, sino porque le molesta que siempre que la entrevistan titulen con la facturación, cuando no era ese el principal objetivo.
Actualmente, la empresa vende -mayoritariamente en el canal online- alrededor de 200.000 pares de calzado al año con tallas que van desde la 19 hasta la 46 y que les fabrican en una fábrica portuguesa que trabaja en exclusiva para ellos. España es su principal mercado, seguido de Francia. Y aunque Zapato Feroz ya no sea el “miniproyectivo” nacido “como un hobby” del que habla la CEO, ambos se resisten a perder la esencia por el camino hacia el éxito.
Cuando sabes que juegas con blancas
“Somos una empresa consciente. No queremos vender nada que no pondríamos en los pies de nuestro hijo ni en los nuestros. Tampoco queremos tener empleados -ahora son 8 en la empresa- que reciban un trato distinto al que nos gustaría que nos dispensaran a nosotros. Pensamos que antes no es mejor”, dice Laura García.
Como jugadora profesional de ajedrez, hay otras cosas que sabe esta CEO. La primera es que una jugada individual no determina el éxito de una partida si no existe un plan. La segunda es que jugar reaccionando siempre al movimiento del contrincante, tampoco es buena estrategia. Y la tercera es que son las blancas las que arrancan una partida y, como tal, siempre juegan con ventaja.
Traducido todo esto al negocio, quiere decir otras tres cosas. Primero: que el hecho de que Zapato Feroz vaya por los 6 millones de facturación no es para Laura García sinónimo de éxito, sino una jugada dentro de un plan que culminará “el día que la empresa ruede sola y Héctor y yo dejemos de ser hombre orquesta y podamos irnos tranquilamente de vacaciones con Roc”.
En segundo lugar: que no tiene miedo a que surjan proyectos similares y le tomen la delantera porque su apuesta es por la mejora continua de la calidad del producto y un servicio top de atención al cliente. Tercero: que ellos fueron los primeros, de manera que muy mal lo tienen que hacer para que ganen las negras. Así que, cuando a Laura García le advierten del riesgo de morir de éxito con el proyecto, ahora en fase de escalada, responde firme: “Eso a nosotros no nos va a pasar. Está todo bajo control”.